1 Lo primero que podemos hacer es sustituir las luces viejas por una iluminación a base de bombillas LED o, en su defecto, de bajo consumo. Pero no solo las de Navidad, también podemos aprovechar para invertir en cambiar las de la vivienda, ya que en esta época del año, en la que hay pocas horas de luz y celebramos muchas reuniones en casa, solemos tener las luces encendidas durante largos periodos de tiempo.
Foto: Conan / Flickr CC BY 2.0
Se trata, sin duda, de una inversión que veremos amortizada con los años.
2 También en estas fechas es común dejar encendidas las luces navideñas durante todo el día, incluso cuando no estamos en casa, lo que es contraproducente tanto para nuestra factura como para el medio ambiente.
3 Puede ser también una buena época para instalar programadores de luz, que nos permitirá iluminar la casa de forma automática y programable.
4 Lo mejor es encender los adornos en las horas de la tarde, aprovechando que no hay luz natural. De hecho, si la iluminación navideña nos lo permite, podemos evitar encender las luces normales.
Foto: Luis Hernandez / Flickr CC BY 2.0
4 Los adornos navideños que sean reflectantes multiplican la luz cuando están cerca de alguna fuente de iluminación, por lo que son ideales para decorar grandes espacios.
5 Si ponemos Portal de Belén, lo mejor será evitar las fuentes de agua y otros detalles electrónicos, y sustituirlos por versiones estáticas, que incluso podemos elaborar con objetos reciclados, materiales de la naturaleza...
6 Por su parte, es importante evitar instalar adornos eléctricos en las zonas más ocultas, pues realizaremos un gasto poco práctico.
7 En cuanto a las grandes celebraciones, en las que solemos llenar las neveras, podemos aprovechar las terrazas, jardines y garajes para almacenar las bebidas y ciertos productos fríos, aprovechando las bajas temperaturas.
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