Como no podía ser de otra manera en una casa de las islas, las paredes, los suelos y los techos son de un blanco impoluto. Para darle un aire rústico y cálido han optado por dejar todas las ventanas y tabiques de la madera original. Y a partir de ahí, colores por todas partes: Una silla de cada color, Cada sofá y sillón tapizados de un color distinto, pequeños objetos de decoración en las estanterías blancas en los mismos tonos que las sillas, hasta los téxtiles que hay en las camas hechos de ganchillo, para destacar entre tanto blanco.
¿Qué te parece la casa?
¿Te gusta la idea de decorar con varios colores?
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