Soy una persona ordenada, cada cosa en mi casa tiene su lugar, sin embargo poco a poco y sin apenas darme cuenta, los libros, la ropa, los juguetes, invaden el espacio y añaden a las tareas domésticas mucho trabajo. Conseguir el orden, pasa por tomar decisiones a las que a veces nos resistimos.
Hablaba hace muy poco con dos amigas sobre este tema. Una de ellas, había leído el famoso libro "La magia del orden" y las tres estuvimos de acuerdo en que hay que tirar o deshacerse de las cosas que no usas, no son útiles o guardas solamente porque alguien te lo regaló (aunque te horrorice...).
El mes pasado hice limpieza en el sótano. Las niñas tenían allí su cuarto de juguetes. Se han hecho mayores y ya no bajan a jugar. He hecho una limpieza en la que me he desecho de casi todos los juguetes (sin permitirme pensar en el lado sentimental) y ahora bajar al sótano no me angustia, todo está colocado y hay espacio, os diría incluso que me siento liberada.
El proyecto que os traigo hoy es sencillísimo de hacer y eficaz para combatir el desorden en el salón. Una combinación de baldas y escuadras, que podéis hacer vosotros mismos, cubriendo toda una pared de una estancia, ha dado lugar a una habitación ordenada con mucho espacio para libros y objetos, baúles para juguetes e incluso un rincón de lectura.
El color de las baldas y escuadras en blanco sobre una pared del mismo color, ha sido una decisión muy acertada, hace más ligeras las estanterías, eliminando la sensación de agobio que a veces crean las estanterías en las que se mezclan muchos objetos.
Os enseño el antes para que observéis la gran diferencia y las distintas sensaciones que producen las imágenes ¿Qué os parece?