Cuando el espacio es reducido son imprescindibles las soluciones inteligentes y ésta desde luego es una de ellas. Es increíble como en un espacio diáfano reducido han conseguido transmitir sensación de amplitud, de orden...
La clave esta en el modo en el que han separado el dormitorio del salón, sin tabiques. Unas grandes cristaleras son el elemento divisorio, permitiendo que no se reduzca visualmente el espacio.
El lugar donde se ubica el dormitorio no tiene ventanas, esta cristalera permite que la luz natural invada el espacio, un tabique habría creado un espacio angosto y oscuro, la solución es perfecta.
La cocina comparte espacio también con el salón, sin embargo la forma en ele del apartamento, la aparta visualmente del dormitorio.
Los tonos grises de las paredes contrastan con el acero de la cristalera y con la decoración en toques oscuros de los cuadros, el sofá, los textiles...
En definitiva...¡52 metros cuadrados perfectos!