Pocas veces en una reforma se consigue mantener la esencia de una estructura antigua y convertirla en un hogar actual con elementos contemporáneos, con tanto equilibrio como lo han conseguido en esta vivienda.
Viguerías antiguas, altos techos, carpinterías antiguas, conviven perfectamente con elementos modernos como la escalera de caracol de acero o mobiliario de los años setenta. El eclecticismo es suave, sin estridencias y el resultado es perfecto.
La mezcla de estilos en el mobiliario es sorprendente, podemos encontrar piezas clásicas como la mecedora Thonet o el sofá y sillón de estilo francés mezcladas con otras tan diferentes como el taburete de la cocina retro o el sillón de los años retro.
Me encanta cuando las casas tienen tanta personalidad, cuando los dueños no se han dejado llevar por un estilo de moda determinado decorando su hogar de una forma uniforme. Adoro esas casas en las que cada pieza tiene algo que contar, cuando la decoración se ha hecho poco a poco, a lo largo del tiempo y con muebles especiales.
Cuando me preguntan mi punto de vista sobre las tendencias o el estilo decorativo que está de moda, siempre digo que hay que atreverse a mezclar, a probar con distintos estilos, a dar tu toque personal a tu casa, haciéndolo con cuidado claro ¡no nos vaya a quedar aquello hecho un gazpacho! je, je.
Si os gusta como a mí, mezclar, os dejo ejemplos de mezclas perfectas: un apartamento en París y eclecticismo para una habitación de bebé.