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El césped artificial, una alternativa sostenible al natural



En este articulo os explicamos 8 razones que identifican al césped artificial como una fuente de beneficios para el medio ambiente

1.- El césped artificial reduce el consumo de agua en miles de litros al año

La crisis de agua es una preocupación creciente a nivel global, especialmente en países como España. Para reducir el uso de agua en jardines y campos deportivos, cada vez más ciudades están optando por reemplazar césped natural con césped artificial, ahorrando millones de litros de agua anualmente.

Piensa en tu propio jardín; el ahorro de agua anual puede ser significativo. El consumo promedio oscila entre 4 y 9 litros por metro cuadrado al día (o más en climas muy secos). Calcula este uso en función del tamaño de tu jardín y multiplícalo por 365 días. Y luego imagina este mismo gasto en tu vecindario o ciudad. El césped artificial, entonces, ayuda a ahorrar millones de litros que pueden emplearse en recursos más prioritarios.

Además, este cambio podría también significar un ahorro importante en tus facturas, mientras contribuyes a un uso más responsable del agua. Cuantifícalo en este post.



 

2.- Césped artificial: una alternativa ecosostenible que reduce emisiones de carbono

El mantenimiento del césped natural requiere un gran consumo de gasolina debido a las máquinas de jardinería. Los motores de cortadoras y desbrozadoras emiten cantidades significativas de gases nocivos. Incluso, estudios sugieren que estos equipos emiten más hidrocarburos que algunas camionetas. Además, la fabricación y el transporte de esta maquinaria genera una gran huella de carbono.

Si aplicamos este consumo a una comunidad o ciudad entera, el gasto en combustible y las emisiones de CO2 se vuelven alarmantes. Al optar por césped artificial, se evita la necesidad de cortar o desbrozar, eliminando casi en su totalidad la huella de carbono después de la instalación.
 

3.- El césped artificial no requiere productos químicos tóxicos

El césped natural suele necesitar herbicidas, fertilizantes y pesticidas, que emiten gases de efecto invernadero a la atmósfera y requieren recursos energéticos en su fabricación. En cambio, el césped artificial es seguro y no requiere químicos, lo cual lo convierte en una opción ecosostenible que protege tanto a las personas como al medio ambiente.


 

4.-Césped artificial: cero residuos

El mantenimiento del césped natural produce residuos: pesticidas, restos de hierba, piezas de maquinaria, entre otros, que terminan en vertederos o contaminan el suelo. El césped artificial apenas genera residuos, pues no requiere estos productos o maquinaria. Además, al final de su vida útil, el césped puede reciclarse completamente. En ARMON®, usamos sistemas de instalación que reducen el desperdicio de material, reutilizando sobrantes para posibles reparaciones.
 

5.- El césped artificial reduce la erosión del suelo

Las lluvias pueden erosionar el suelo natural, especialmente en áreas inclinadas. Esta erosión lleva sedimentos a los cursos de agua, deteriorando el entorno. Con el césped artificial, que tiene alta capacidad de drenaje, se previene la erosión, protegiendo el suelo y los sistemas hídricos.
 

6.- Resistencia y durabilidad del césped artificial

El césped natural se desgasta con el tiempo y requiere mantenimiento constante. En cambio, el césped artificial es diseñado para soportar condiciones adversas y tiene una vida útil prolongada, superando los 20 años sin requerir mantenimiento significativo. Esto supone un ahorro importante de tiempo y dinero, además de ser beneficioso para el medio ambiente.
 

7.- El césped artificial: reciclable y reutilizable

El césped artificial se ha vuelto completamente reciclable gracias a la tecnología, contribuyendo a reducir el impacto ambiental al final de su vida útil. Al estar hecho de polipropileno, polietileno y nylon, se puede reciclar, prolongando su vida útil y aportando a la sostenibilidad.
 

8.- No genera contaminación acústica

El césped natural necesita cortadoras y otras herramientas de jardinería, que pueden ser ruidosas y molestas. En cambio, un jardín de césped artificial no necesita riego ni máquinas ruidosas, lo que permite disfrutar de un ambiente tranquilo.
 
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