Ayer me pasé la tarde bocetando una cocina para un proyecto que aún está en el aire si se llevará a cabo, pero que en cuestión de días se tiene que concretar. A pesar de que tenía las ideas bastante claras respecto a las claves del nuevo diseño, del cielo me cayó un ejemplo que me dejó asombrada. Se trata de la reforma que ha llevado a cabo Nicole Futterknecht, arquitecta peruana afincada en Lima y que hace algunos días se puso en contacto conmigo para hacerme llegar uno de sus recientes trabajos.
En origen, esta cocina estaba compartimentada ya que disponía de dos despensas, así que una de las premisas fue tirar tabiques para obtener un espacio diáfano. Una de las prioridades de Nicole era que la cocina tuviese el máximo de luz posible con lo que además de eliminar muros, abrió unas ventanas hacia el jardín interior y usó el blanco en muebles, encimera y paredes. Para romper con la monocromía del blanco, se escogió un suelo de mosaico en tonos suaves, y se añadió carpintería de pino de oregón en algún mueble bajo y alto.
Imágenes: Estudio Arquitectura & Diseño - Fotografía: Vanessa Ferro
Respecto al office, se diseñó una mesa con patas torneadas, la cual se pintó del mismo color que todo el mobiliario fijo, y se le puso también un tablero de cuarzo, exactamente igual que el de la encimera. Las lámparas eran las que ya estaban en la cocina original pero se transformaron pintándolas de un tono verde vintage y añadiéndolas un cable de plancha negro y blanco que les da un toque diferente.
Globalmente Nicole ha conseguido un equilibrio perfecto en esta cocina y la elección de la paleta de color, los materiales, y el aire vintage que le ha dado, no pueden gustarme más. Así que no puedo dejar de agradecerle que me escribiera y yo encantada de compartir este proyecto que estoy convencida que inspirará a más de uno. Y si éste os ha gustado, no os perdáis una reforma integral que también realizó su estudio y que recientemente publicó Laura en su blog Blue Vintage. Seguro que os dejará con la boca abierta.