Pero lo cierto es que no siempre se lo puede adjudicar a un momento de relajación y tranquilidad. En un par de días de recreo, pretendemos conocer todos los lugares, salir a pasear, ver espectáculos, probar toda la cocina tradicional y vivir al máximo las vacaciones. No resulta extraño, entonces, volver al trabajo más cansado de lo que salimos.
Frente a esto, ha surgido un nuevo concepto en turismo, un rubro que se mantiene al tanto de las conductas y necesidades de la sociedad. El turismo de wellness pone el foco en el bienestar físico y emocional, mejorando la calidad de vida de las personas.
Para eso, ofrece diversas comodidades y servicios, a gusto de cada quien. A los ya conocidos spa y centros de salud y estética, se le suman el senderismo, el retiro espiritual, productos orgánicos y clases de yoga. Lo interesante es que la oferta no se limita sólo dentro de hoteles o espacios de belleza, sino también se ha implementado en balnearios, cruceros y casas rurales. El entorno en este caso, también suma y contribuye a armonizar con las actividades.
Tal es el impacto de esta tendencia que mundialmente ya representa el 14% en el total de las ganancias en el turismo, según un estudio publicado por SRI International y Global Spa & Wellness Summit.
De igual forma, hay 5 países que hoy se mantienen en la punta de este negocio. Estados Unidos, Japón, Alemania, Austria y Francia llevan la delantera, pero se prevé que para 2017 otras plazas como Latinoamérica, Asia, Oriente Medio y África del Norte reviertan esta situación.
Dejarse mimar y buscar el equilibrio entre lo físico y lo emocional parece que ya no es una prioridad secundaria en la vida de muchos. Las vacaciones de ahora son sinónimo de salud.
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