La rehabilitación (o retrofitting de acuerdo a su nombre en inglés) del medio construido en función de una reingeniería empírica y de una determinación en la conceptualización de los principios sostenibles como herramientas de racionalización de los recursos naturales generará de nuevas oportunidades laborales y fuente de ingresos pecuniarios.
Por rehabilitación se entiende intervenir el stock construido con el objeto de alcanzar la eficiencia absoluta respecto al consumo de servicios, utilizando soluciones de distinta complejidad con el objetivo de optimizar la performance del edificio, reducir los costos operativos y de gestión, y mejorar la satisfacción de los ocupantes y el retorno de la inversión.
A nivel internacional, el activo crecimiento de la demanda de espacios laborales construidos bajo parámetros sustentables, se fundamentan con tres vectores centrales: un potencial riesgo de mayores regulaciones medioambientales, una menor exposición a las variables en el costo de los servicios (energía y agua) y a una sostenida demanda de espacios verdes. De esta manera, Gobiernos locales, municipios e instituciones, promocionan la práctica de la construcción sustentable trabajando sobre políticas y programas de estímulo que otorguen beneficios concretos en forma de premios, reducción de tasas y créditos que fomenten la aplicación de buenas prácticas ambientales en la arquitectura.
Como ejemplo podemos citar la rehabilitación del Empire Estate Building, renombrado icono arquitectónico del siglo XX, ubicado en la isla de Manhattan, Nueva York. La emblemática construcción transitó recientemente por un proceso de rehabilitación bajo el asesoramiento de un equipo de expertos de la Fundación Clinton Climate Initiative. Después de más de un año de trabajos, en el 2010 finalizaron las obras, con un costo de US$ 13,2 millones.
Entre las mejoras que se han llevando a cabo, podemos citar el reemplazo de las 6514 ventanas existentes por otras de triple vidrio que permiten evitar pérdidas por efecto de la rotura del puente térmico, que disipa las pérdidas de calor en invierno y de frio en verano, y generan una alta eficiencia energética y un importante ahorro de recursos. El objetivo principal fue el de reducir en un 38% los consumos energéticos, lo que reporta un ahorro anual proyectado del orden de los US$ 4,4 millones, que amortiza el gasto inicial al cabo de tres años y reduce el impacto negativo de los edificios en el ecosistema y en el entorno inmediato.
Por último, podemos mencionar la Torre Eiffel, en la ciudad de París, dónde se instalaron 4 turbinas eólicas verticales para la generación de energía para iluminación, se colocaron reservorios para recolección de agua de lluvia para su posterior reutilización, y los tickets de ingreso se emiten en papel certificado con el sello FSC que alude a los bosques de custodia y a la trazabilidad de los recursos maderables, entre otros.
Como podemos ver, si bien años atrás, la problemática del cambio climático y sus consecuencias en el desarrollo humano, relacionada con los tres pilares de la sustentabilidad, lo social, lo medioambiental y lo económico, solo era una temática abordada por teóricos entendidos en la materia, con el paso del tiempo, los avances en cuestiones de difusión y comunicación han contribuido a una toma de conciencia colectiva interesando a todos los actores del mercado y a los distintos estamentos de la cadena productiva.
Así es como en la actualidad, todos y cada uno de los sectores incluidos en la industria de la construcción y el desarrollo urbano han comenzado a interesarse por la aplicación de soluciones que conlleven a un futuro más venturoso.
Autor: Danilo Antoniazzi, Gerente Institucional CEDU
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