Laminas de PVC para techos. Razones para elegirlas

Cuando se trata de construir un edificio que ha de ser útil y confortable para toda la vida, uno de los puntos más importantes que se tienen que valorar es el material a utilizar para lograr los objetivos deseados que ofrezcan calidad a sus inquilinos y usuarios. En este sentido, las láminas de PVC están siendo cada día más utilizadas para los diferentes proyectos arquitectónicos.

Las ventajas que ofrece un material tan económico y versátil para ser colocado como elemento estructural en los techos comienzan por su gran eficacia como soporte a efecto de los rayos ultravioletas provenientes del sol. Esto implica, además de aguantar muy bien los posibles cambios repentinos de temperatura, que permite aumentar su soldadura como consecuencia del calor, generando durabilidad en las uniones de las placas, así como sencillez, limpieza y bajo coste en la unión de sus juntas. Por último, también cabe señalar su enorme resistencia al impacto, además de ser completamente antibacterianas y anticorrosivas.

Aunque la naturaleza de su creación estuvo relacionada o fue dirigida en un principio exclusivamente para la impermeabilización, ya sea para construcciones ligeras o pesadas, sus usos y funciones se han multiplicado.

Las láminas de PVC para techos se fabrican a partir de dos láminas simples de PVC, entre las cuales se deberá encajar e integrar un elemento fundamental, un refuerzo interior de fibra de poliéster.

Por qué el PVC es un material tan recurrente y útil en los techos

Efectivamente, las láminas de PVC están siendo cada vez más utilizadas por los arquitectos en sus proyectos de viviendas. En líneas generales, se trata de un producto sintético elaborado a partir del policloruro de vinilo, en un principio, como ya se ha comentado, utilizado en el ámbito de la construcción por sus características impermeables, ya sea en el entorno de las viviendas, la ingeniería civil o los proyectos agropecuarios de distinta índole.

En el caso de los techos es recurrente gracias a su peculiar estructura, la cual le permite poseer una serie de características únicas, sobre todo en relación con la termo acústica. Gracias a ellas, el confort se amplifica dentro de cualquier recinto cerrado, y son cada vez más demandadas porque resulta una solución estructural realmente económica.

Las láminas de PVC llegan a aislar del ruido hasta en un 38%, además, como norma general, se añaden en los procesos de fabricación una serie de elementos que les proporcionan cierto carácter ignifugo, retardando notablemente el momento de arder. Del mismo modo, estos mismos agentes actúan como aislantes y protectores ante descargas eléctricas.

A continuación, se analizan con más detenimiento sus muchos beneficios.

El diseño

De las características especiales que hacen de este material un objeto de deseo para instalarlos en los techos de cualquier inmueble destaca la posibilidad de adquirir diferentes diseños. Gracias a esta adaptabilidad, se pueden obtener rendimientos y aspectos completamente diferentes.

Los tipos, modelos o diseños básicos que pueden adquirir estas láminas van a depender del grosor, los materiales utilizados y el diseño estético. De este modo, serían el Unicaja, el Tricapa o Ultrateja las opciones disponibles.

La lámina termo acústica Unicapa es la más ligera, pero muy resistente y versátil. Cuenta de forma general con un perfil A1-136 y un ancho medio de entre 125 y 136 cm. La altura de sus crestas mayores se coloca en los 24 mm, en cuanto a su espesor, es variable.

La lámina termo acústica Tricapa de PVC queda acanalada en el techo, con tres capas, las medidas son iguales que la Unicapa con la diferencia de fabricarse en tres espesores; 2, 2,5 y 3 mm. Posee un mejor cometido termo acústico.

La lámina Ultrateja puede presentarse en varios modelos imitando la teja clásica española de cerámica o en traslúcido.

Por último, en relación con el diseño, cabe mencionar los posibles colores que se utilizan para el acabado. Empresas como planchas de plástico.es, posiblemente el mayor especialista en aplicaciones de PVC,  las presenta en la más amplia gama de tonalidades posibles, como son el negro, el blanco, el gris, el azul, el rojo, el verde y el amarillo.

La durabilidad

Aunque ya se ha indicado anteriormente, merece la pena incidir en este tema, ya que las láminas de PVC son extremadamente duraderas. Una circunstancia que se da, entre otros motivos, porque su colocación se realiza en entornos generalmente corrosivos y en ambientes bastante húmedos, dos activos muy violentos para la mayoría de los materiales, excepto para este tipo de plástico.

Colocación, estabilidad y resistencia

También se ha indicado brevemente con anterioridad en este mismo artículo, instalar las láminas de PVC en un techo es un proceso muy rápido y sencillo. Es posible colocarlas sobre estructuras de madera y/o metal, fijadas habitualmente con tornillos y arandelas de neopreno, o bien mediante remaches o clips. Además, su colocación queda asegurada por todo el tiempo de duración del propio material, sin importar qué pueda suceder. Esto quiere decir que, si se colocan de la forma correcta, aunque las condiciones climáticas sean duras, podrá soportar choques de vientos con una velocidad mayor a los 200 km/h. Además, su flexibilidad le permite recibir el pedrisco, el granizo, de tal manera que su estructura no se resentirá de los golpes recibidos.

En relación con su resistencia, también habría que añadir su calidad ignífuga, que aumenta la tranquilidad y la seguridad de los habitantes del inmueble, así como de los trabajadores que realizan las labores de colocación o los empleados y clientes del local comercial donde se haya instalado. De forma general, su duración supera los 40 años, incluso en condiciones de presión y temperatura cambiantes, tiempo durante el que no habrá que reemplazarlas ni llevar a cabo cuidados especializados de ninguna clase.

Cabría ampliar la información en este sentido diciendo que no se oxida al no poseer elementos de metal y que también es resistente a los ácidos y a su correspondiente corrosión química. Del mismo modo, poseen un alto grado de resistencia a los ambientes salinos, la lluvia ácida o la ceniza. En cuanto al mantenimiento, bastará con lavarlos con agua y jabón cada cierto tiempo.

El ahorro

Como norma general, los precios de las láminas de PVC son muy asequibles, sobre todo si se compara con su larga duración. Por otro lado, también es relevante el mínimo tiempo que es necesario en sus procesos de instalación, lo que lleva a incidir de nuevo en el ahorro, puesto que son sencillos y de bajo coste. El ahorro, se mire por dónde se mire, está garantizado.

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