No es que haya decidido matar los sacramentos de las lentejas para el post de hoy simplemente he decidido que hoy vamos a comer sano.
Muchos de vosotros estaréis pensando que aquí vengo yo a descubrir América con una receta que todo el mundo sabe hacer, pues te equivocas, porque ni todos saben hacer unas lentejas, ni todos los que saben cocinar esta legumbre les queda bien, pero bueno, si tú eres de los primeros, no hace falta que sigas leyendo este post, pero realmente tampoco hace falta que te marches porque seguro que encuentras algo interesante por aquí.
Si sigues leyendo es posible que estés pensando que alguien ha tenido que enviudar para que yo haga las lentejas,puedes estar tranquilo que no, que, eso de lentejas viudas, es como lo de "lentejas comida de viejas, si quieres las comes y si no las dejas". Es el nombre que se da a las legumbres cuando se cocinan sin los típicos y grasientos trocitos de cerdo, etc. que suelen acompañar a este plato.
Además estate bien atento porque a partir de hoy vas a hacer unas lentejas, no sólo sanas, sino que también exquisitas, mucho mejores que las de ese lector que ha decidido abandonar esta página pensado que ya lo sabe todo.
INGREDIENTES:
300 gr de lentejas
2 zanahorias
½ pimiento
1 puerro
1 trozo de cebolla
2 dientes de ajo
2 hojas de laurel
1 tomate
Sal
El primer truco que os voy a dar es deciros que os olvidéis de la olla, porque rápida si es, pero deja unas lentejas sin gracia ninguna. Las lentejas se cuecen en apenas 25 minutos.
Ponlas una hora antes a remojo para que luego cuezan mejor y hazlo con un buen puñado de sal. Segundo truco, este sí que es de viejas, cosa de mi abuela, dice que así no se suelta el “solejo” (pellejo) cuando las cocemos y a las viejillas hay que hacerlas caso.
Pica en daditos toda la verdura.
Quita el agua de remojo y pon a cocer las lentejas, calcula unos dos dedos de agua por encima de las mismas. Añade la verdura, los ajos pelados, el laurel y la sal.
Otro truco, cuando empiece a hervir empezará a echar espuma, retírala en la medida de lo posible. Tapa y cuece 25 minutos a fuego lento. De vez en cuando coges la cazuela de las asas y le das un meneíto, esto es para que queden más melosas.
Y el truco final, a la hora de degustar, chorrito de aceite de oliva virgen, ¡¡rico rico!!
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Fuente: este post proviene de Tu Cajón Vintage, donde puedes consultar el contenido original.
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