Una cosa que nunca debe hacerse es llevar objetos de valor sentimental a la casa de los padres. Quien no se sienta capaz de deshacerse de algo, que lo conserve sin mas. Si de verdad deseáis conservar ese objeto, algún día os daréis cuenta que hicisteis bien en conservarlo.
Eliminemos el fino precinto transparente que cubre la pantalla del equipo de audio o el celofán arrugado de las flores secas que nos regalaron. Son cosas que no se necesitan para nada. Cuanta mas información textual haya en nuestro entorno, mas se llena nuestro hogar de ruido.
Siempre doy las gracias a mis cosas antes de deshacerme de ellas, pero a los animales de peluche, que parecen tener alma, los trato con un respeto adicional y celebro algo parecido a un funeral.
Joyas y bisutería
Utilizar cajas específicas con compartimentos para cada tipo de complemento: relojeros, joyeros, etc…
(Este espejo joyero es mi salvación para la cantidad de bisutería que tengo, y encima tiene doble función).
Sombreros y calzado
Para que no se deformen los sombreros, podemos colgarlos en la pared y así también decoraremos la estancia donde los pongamos.
Si usamos unos zapatos que alegran la vista, ellos conducirán nuestros pasos hacia un futuro mas prometedor.
Si hay estantes suficientes, es mejor ordenarlos sin sus cajas , porque las cajas ocupan un espacio innecesario.
Yo para las botas y botines utilizo estas cajas de Ikea con tapa abatible, que, por desgracia, ya no venden.
Siempre que vengo de viaje, además de la ropa y los abrigos, también lavo el calzado que nos hayamos llevado. Lo meto en la lavadora con un programa corto y se queda perfecto, nunca se me ha estropeado ningún zapato ni bota.
(Maleta de viaje, para guardar y ordenar zapatos de Rayen)
Libros
La energía de los títulos de los libros y las palabras dentro de ellos, son muy poderosas. En Japón se dice que “nuestra palabras crean nuestra realidad”. Las palabras que vemos y con las que estamos en contacto, tienden a producir acontecimientos de su misma naturaleza.
Una vez leído el libro, ya se ha experimentado. En cuanto a los libros leídos a medias o jamás leídos, lo más sensato es deshacerse de todo el lote. Por supuesto que los libros valiosos, o aquellos por los que se sienta mas apego personal, o los que se necesiten, deben conservarse.
Si tenemos demasiados libros, conviene clasificarlos por categorías, como:
literatura en general (para leer),
libros prácticos (de cocina, de consulta…),
libros visuales (ilustrados)
y revistas,
para luego hacer la prueba de la felicidad en cada categoría.
En el caso de las colecciones no es necesario examinar cada ejemplar. Se puede comprobar si nos alegra o no, viendo la colección apilada y rodeándola con los brazos como si se abrazara, o examinando solo el último ejemplar de la pila. Para evitar perder el día leyendo ejemplares, el truco es no abrir ninguno. Se puede hacer la prueba de la felicidad solo tocándolos.
Si de un libro solo interesan unas fotos o algunos artículos, aconseja recortarlos. Y se pueden poner temporalmente en una carpeta de plástico transparente y luego en un álbum de recortes.
No hay que apilarlos, sino colocarlos en fila vertical.
Revistas: poner un límite que marque la cantidad máxima de números conservados.
Vídeos: si es posible transferir el contenido a DVD o aun disco duro, el ahorro de espacio físico de almacenamiento será considerable.
Papeles
Ordenar papeles por categorías, puede ocasionar dolor de cabeza, por lo que conviene estar hidratado para tan laboriosa e incesante tarea.
Caja provisora para las dudas, aunque es mejor deshacerse en el acto.
Los extractos de las tarjetas de crédito es mejor romperlos y tirarlos. Hoy en día lo tenemos todo online y no son necesarios.
Lo mismo ocurre con los manuales de instrucciones, hoy en día todo está en la red, por lo que no es necesario tenerlo en papel. Incluso hay fabricantes que no los incluyen en sus cajas y te indican su página web para que lo consultes en esta.
Las garantías se deben guardar junto con el recibo, para poder comprobar cuando expiran y, una vez pasado el tiempo correspondiente, deshacerse de ellas.
Los recibos de luz, agua, etc, con guardar los del último año, es suficiente.
Como ordenar papeles en la oficina: libros, documentos, objetos de escritorio y, finalmente, Komono. Según ciertos datos estadísticos, una persona medianamente ordenada, se pasa cerca de 30 minutos al día buscando cosas, mientras que las personas que colocan las cosas fuera de su lugar, se pueden pasar hasta dos horas al día buscándolas. Si una persona trabaja 20 días al mes, esto significa que pierde hasta 40h al mes solo buscando cosas. Si se puede solucionar este problema en solo 6h, los beneficios de estas horas serán patentes e inmediatos. Con un escritorio ordenado y agradable a la vista, la eficiencia en el trabajo necesariamente aumentará. Solo con la eliminación de todos los papeles innecesarios, tendremos la mente despejada.
Añadir un toque lúdico, como una planta ornamental.
Con respecto a los dibujos de los niños, se les asignará un rincón específico donde podamos contemplarlos o les haremos una foto y los tiraremos.
Fotos
Durante el proceso de selección (se puede hacer con la familia y así será mas divertido) es muy práctico colocar todas las fotos en el suelo ordenadas por años. De esta manera podremos disfrutar de la tarea de organizar nuestro pasado.
Colocar las fotos en un álbum que nos guste es el paso necesario y definitivo de la prueba de la felicidad. Las fotos solo mantendrán vivos nuestros recuerdos cuando hayan sido ordenadas para disfrutar de ellas en cualquier momento.
Para quien desee iniciar una nueva relación, lo mas elemental es deshacerse de todo. Independientemente de los recuerdos que tengamos, jamas debemos albergar sentimientos negativos hacia las cosas. Démosles las gracias por los maravillosos recuerdos para luego desprendernos de ellas con gratitud. Echemos sobre las fotos una pizca de sal purificadora y ocultemos los rostros introduciéndolas en un sobre o bolsa de papel con las imágenes mirando hacia dentro (el rito de purificación japonés, consiste en arrojar un poco de sal gruesa para que los espíritus tome su camino).
Nunca es tarde para empezar. Pero, si empezáis, lo mejor es que os enfrentéis a los objetos de valor sentimental tan pronto como sea posible, una vez se hayan dejado atrás los 25 años, para poder ordenar vuestra vida y llenar vuestros días de felicidad.