Mi vida ha dado un cambio radical en el último año. Un cambio tan tan grande que hay veces que ni yo misma me lo creo, pero que cuando me paro a pensarlo me sorprendo a mi misma sonriendo. Y es que soy feliz.
El camino no ha sido fácil, y tampoco creo que vaya a serlo, pero difícil no significa que no sea bonito. Las cosas con cierto punto de complicación le dan un toque especial. Demasiado sencillo termina siendo aburrido. Y a mí una vez de pequeña me dijeron que aburrirse es de tontos, y aquello se me grabó en el alma a fuego. Así que procuro no aburrirme nunca.
A veces, ese afán mío por no aburrirme me lleva a meterme en mil embolados que parecen complicarme la vida, pero que, sin embargo, al final, me la terminan solucionando. Y mira tu por donde así ha sido.
Por primera vez desde hace muchos años, tantos que ni me acuerdo, tengo la sensación de estar de nuevo en la casilla de salida, pero esta vez cuento con la experiencia y con la estrategia que me faltaron la primera vez. Y estoy segura de que esta partida, la gano yo seguro.
Lo sé, he estado ausente por aquí, pero es que tenía motivos importantes para centrarme en Orden en Mi Vida. Mi gran proyecto del 2018. Mi pequeño tesorito que cada día crece y crece. Y lo que es más importante, me llena. Poder ayudar a la gente que se siente perdida, como yo lo estaba hace un año, a encontrarse, a recuperarse, a lograr alcanzar sus metas, me llena.
Hacer que tus sueños se conviertan en realidad resulta lo más embriagador del mundo. Te engancha tanto que quieres, necesitas, compartirlo con todo el que quiera escucharlo. Porque ellos también pueden lograrlo.
Yo estoy haciendo mis sueños realidad. Sueños que hace un año los veía imposibles, y que sin embargo aquí están, los estoy viviendo.
Ha tocado reinventarse a los 37, con tres niños y un marido autónomo. Pero estoy segura, segurísima de que es porque así tiene que ser.
En este mes el blog cumple 5 años. Hace días repasaba con cariño todo el trabajo realizado durante los primeros años. Recordaba las noches escribiendo, o con La Heredera sentada en mi regazo. Los planes que buscaba para hacer con los niños, los cuentos, los libros para nosotras…y sentí morriña.
Y me di cuenta de una cosa, de qué suerte tenía, de haberme esforzado tanto por entonces, que ahora me permitía revivir muchos momentos preciosos en familia.
Mis hijos mayores están en la preadolescencia, y La Heredera ya está inmersa en lo mejor de la infancia. La Merienda a las 5 debe evolucionar tal y como han hecho sus protagonistas. Los sándwiches han dejado paso a los bocatas de media barra, y las tardes de parque se han convertido en maratones de deberes, duchas y trabajos en inglés, así como en peregrinaciones por colegios y polideportivos de la Comunidad de Madrid para disputar partidos de futbol sala.
Pero la esencia sigue siendo la misma. Y puede ser igual de interesante o más.
En esta nueva etapa de mi vida LMAL5 tiene su hueco y estoy segura de que te gustará.
Fuente: este post proviene de La Merienda a las 5, donde puedes consultar el contenido original.
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