Preparar la habitación de los niños para la vuelta al cole




Con la llegada de septiembre llega también la vuelta al cole, y con ella un montón de cambios en el día a día. Los horarios dan un giro de 180 grados; la casa vuelve a ser el lugar en el que más tiempo pasan y hay que hacer hueco al tiempo de estudio, sobre todo cuando van cumpliendo años.

Si no eres padre primerizo sabrás que preparar sus dormitorios para el nuevo curso escolar es una necesidad de cada mes de septiembre: adaptar los muebles a sus necesidades, a su tamaño y edad y a sus gustos.

Zona de estudio

La mesa de estudio es importante. Los adultos que trabajen en casa lo sabrán de primera mano: cualquier mesa o encimera de la casa, incluso el sofá, puede valer como oficina improvisada, pero si vas a trabajar desde casa de manera habitual necesitas un lugar específico en el que al sentarte te pongas el chip de ‘trabajo’ y en el que tengas a mano todo los materiales que habitualmente necesitas.

Con los niños pasa lo mismo. Disponer de un sitio concreto dedicado al estudio le ayudará en la creación del hábito de estudiar. En el escritorio es importante que disponga de un flexo con buena luz directa y que tenga a mano todo lo que va a necesitar para hacer los deberes, de forma que no se tenga que estar levantando cada dos por tres.

La mesa de estudio tiene que ser práctica, confortable -va a pasar muchas horas allí- y de un buen material para que no se estropee en dos días. El diseño y los colores le darán la personalidad que el niño y tú queréis, según vuestros gustos y su edad.

Más importante que el escritorio es la silla de estudio: van a pasar allí muchas horas, por lo que deberías asegurarte de que se adapta a su espalda y que permite regular la altura. En este caso el diseño y el color es secundario, pero si además de cómoda y ergonómica es chula, el niño estará encantado.


Luz natural

La luz es uno de los aspectos más importantes en cualquier habitación: una buena fuente de luz natural cambia la apariencia de cualquier espacio, lo agranda y le da vitalidad. Pero cuando además se va a estudiar allí cobra una importancia extra. Lo ideal es colocar la mesa de estudio en la misma pared donde está la ventana, a ser posible sin que la luz del sol le dé directamente a los ojos.

No te olvides de un flexo para la mesa de estudio y de una lámpara por si quiere leer en la cama: es muy importante que no fuerce los ojos.

Colores suaves

Más allá de los gustos de cada uno, está demostrado que los colores afectan a las personas y les provocan distintas sensaciones, por eso, aunque no seas muy fan de la colorterapia, deberías tenerlo en cuenta a la hora de elegir de qué color pintar las paredes de la habitación de los niños.

El blanco ayuda a la concentración -y aumenta la sensación de amplitud-; el azul representa la paz, es el color del cielo y el océano y, en tonos pastel, muy relajante; el amarillo es alegre y vitalista y, además, influye en el aprendizaje y la atención -pero intenta que no sea demasiado fuerte porque puede causar nerviosismo-. 

Si no vas a pintar la pared por ahora o prefieres dejarla en blanco puedes optar por meter muebles de color o bien, si no quieres comprar muebles nuevos, dejar los que tienes y añadir algunos cajones en colores fuertes. No te cansarás tan rápido como si pintas toda la pared y tu hijo estará feliz con su nueva habitación.



Puede parecer una tontería, pero que los niños se sientan cómodos y a gusto en su habitación es el primer paso para que quieran estar en ella y que afronten el comienzo de un nuevo curso con alegría. Para que mantengan la ilusión durante todo el año y cada día se sienten a hacer los deberes no bastará con una habitación ideal, pero créenos, ayuda. 

Fuente: Topkit

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