Que levante la mano el que no se sienta reconfortado al creerse poseedor privilegiado, de ese objeto panacea, que promete guardar en su interior el poder necesario para hacerle sentir protegido y un poco más dichoso.
Recuerdo cuando mi hermana y yo nos peleábamos por el regalito del Roscón de Reyes. Por aquel entonces, estaba en juego el éxito en los estudios, el glamour y los días de fiesta... Ahora con unos cuantos años más a nuestras espaldas, si nos lo encontramos, guardamos la compostura... Por fuera, la edad y el pudor nos pueden, pero por dentro, la procesión avanza en oleadas incontenibles de risa floja...
Como los talismanes se me acumulaban, hace un tiempo, me compre una MALETA, para que no se escapara ni un ápice de esa energía "del buen rollo" tan cotizada por todo ser viviente en estos tiempos de crisis.
En su interior, no falta ni uno sólo, a la espera de ser lucidos por turnos y estados, en mis bolsillos... Los Cazasueños tailandeses, la piedra levanta ánimos que me regaló mi suegra, un trozo de tela Tibetana, mis antiguos cromos de "Dias Felices", una rama de acebo seca y por supuesto mis trofeos rosconeros que tantos disgustos me han costado con la dichosa TATA...
El TALISMÁN que más momentos de mi vida ha protagonizado en los últimos tiempos, tiene cara de niño y alma de superhéroe... Pocos tienen en cuenta que tras su afortunada fachada, los talismanes son poseedores de una sensibilidad deliciosa que les convierte en dueños absolutos de los detalles y señores de los más exquisitos matices... Pero que también les hace especialmente vulnerables a los avatares de la vida de sus alocados dueños...
El lunes, el TALISMÁN que más momentos de mi vida ha protagonizado en los últimos tiempos, tendrá que pasar por el taller de los sueños, porque su corazón no tiene la suficiente fuerza para soportar tantos achuchones, besos y emociones juntas...
El corazón de "GONZALO EL GOMINOLAS" a sus seis años, ha aprendido a querer más de la cuenta y a palpitar con una fuerza inusitada, que nadie esperaba cuando vino al mundo..
Querido Talismán... A la vuelta de este viaje, yo te estaré esperando... Cargada con mi maleta... dispuesta a soñar contigo...
En el claro de la luna
donde quiero ir a jugar,
duerme la Reina Fortuna
que tendrá que madrugar.
Mi guardiana de la suerte,
sueña cercada de flor
que me salvas de la muerte
con fortuna en el amor.
Sueña, talismán querido,
sueña mi abeja y su edad;
sueña y si, lo he merecido,
sueña mi felicidad.
(Silvio Rodriguez)