La principal ventaja de una puerta antigua es el tamaño. Suelen ser puertas de 2.30 de altura y de anchos más generosos, de 86 cm aproximadamente, que las actuales de 2.03 de altura x 72,5 cm de ancho, estándar.
Sobre todo, son bonitas, por molduras y adornos, porque antiguamente se hacían en madera maciza y se decoraban a mano, aunque no fueran de madera de calidad, se construían así.
En el fondo es una locura cambiarlas. Si te animas a dejarlas, veamos lo siguiente.
Quizás el principal problema de una puerta antigua es que se haya pintado muchas veces y tenga un exceso de pintura, pero eso se soluciona.
Veamos formas de reciclar o modificar para actualizar una puerta antigua sin tener que cambiarla.
1-Reutilizarla completa, pero en una nueva posición. En este caso se retira completa la antigua, cerrándola para que el contramarco no se deforme. Se pueden poner unos listones con la puerta cerrada para que el block no se mueva al cambiarla de posición. Al recolocarla se recibe con yeso y escayola como cualquier contramarco nuevo, y cuando ya está recibida se retiran los listones de fijación. Y listo, una puerta en otro lugar.
2- Reutilizar la hoja para convertirla en corredera: En este caso, se retira la hoja de las bisagras, y se anulan las manivelas. Una vez que se tenga la hoja de la puerta sola, hay dos maneras de convertirlas en correderas,
–Con un casetón dentro del muro, que funcionará como si compráramos una hoja nueva. El carpintero adapta los huecos de la antigua manivela a los uñeros que llevan las puertas correderas. En el mercado existen muchos casetones de alturas adaptables a estas puertas. Se pueden llegar a cortar algo para adaptar la altura, o recrecer las tapetas para adaptar el ancho a unas puertas estándar. Todo es maña del carpintero.
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Un problema que podemos encontrar, como decíamos antes, con estas puertas, es las sucesivas manos de pintura que el tiempo atesoró. Pero eso se corrige con un decapado tan de actualidad ahora. Si los cristales originales están también pintados, se cambian con solo poner junquillos nuevos.
Por todo esto, te aconsejamos que, si vas a reformar un piso, piense bien que no siempre la mejor solución es cambiar las puertas que sean originales. Que existen mil maneras de reusarlas, y que siempre quedan bien. Y, sobre todo, te ahorraras dinero, seguro.
¿Te animas?
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