Tal como lo dice el título de este artículo, tener una huerta en nuestra vivienda es posible, y nada complicado. Los beneficios serán realmente muchos, así que anímate a crear tu propia huerta y disfrutar los más sabrosos vegetales y hortalizas en familia.
Se puede crear una huerta urbana en casi todos los lugares, ya sea en un pequeño jardín, un patio, un balcón o una terraza, incluso en un espacio interior que cuente con una amplia ventana que permita la entrada de luz directa.
Las hortalizas, lo mismo que el resto de las plantas necesitan de luz solar para conseguir energía por medio de la fotosíntesis. En un principio se deberá pensar en una zona en que reciba una importante cantidad de horas de luz directa, normalmente con una orientación al sur o sureste. También se deben tener en cuenta los obstáculos que se puedan tener y puedan provocar sombras.
Sabemos que en muchos casos no se pueden elegir entre varias ubicaciones para el huerto y se tiene que adaptar al espacio con el que se cuenta. Puede ser que el espacio disponible solo permita un cultivo en la primavera o el verano, cuando la trayectoria del sol es más elevada, un momento del año en que se podrá contar con la luz eficiente, y en el invierno no se reciba nada de luz.
En base a la luz que se tenga se podrá elegir las hortalizas que se cultivarán. Si se tienen muchas horas de sol durante el verano se podrá pensar en cultivar tomates, pimientos, berenjenas, si se recibe luz unicamente en las primeras horas del día se podrá pensar en cultivos menos exigentes como las cebollas, rábanos, fresas o lechugas.
Otro punto clave es la elección de sustratos y recipientes para la huerta. En una vivienda de tipo unifamiliar con un pequeño de dimensiones reducidas se podrá destinar una zona para el huerto, delimitando claramente el espacio y aportando al suelo diferentes abonos orgánicos que permitan mejorar las condiciones físico químicas y la fertilidad. Si no se llega a disponer de suelo se podrá crear el huerto en distintos recipientes de cultivos y sustratos orgánicos.
Dentro de los recipientes se elegirán siempre un mayor volumen de sustrato en base del espacio disponible que se tenga, siendo más importante el volumen total que puede albergar que no la profundidad del mismo.
Existen recipientes de todos los tamaños y materiales, la mejor opción siempre se deberá pensar en base al espacio y al tipo de cultivo que se quiera desarrollar. Uno de los más interesantes son las mesas de cultivo, que se consiguen en diferentes alturas, anchuras y longitudes, seguramente se adaptarán muy bien al espacio disponible permitiendo cultivar en una posición cómoda.
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