Siempre con el blanco de fondo y con sus grandes ventanales para atraer el máximo de luz en los días más apagados, resulta un marco perfecto para incluir elementos decorativos de cualquier otro estilo. En el caso del apartamento de hoy, se da una mezcla clasica y elegante con tanta sencillez que hace que reine la armonía.
Las líneas clásicas de algunos muebles se unen a otras más industriales que hasta se dejan acompañar por elementos de líneas más puras y simplistas. Parece que todo casa a la perfección cuando se mantiene la armonía de los tonos neutros y apagados.
Otro rasgo que me encanta de este apartamento es como las vigas de madera enmarcan algunos espacios y las paredes que sin nungún tratamiento aparente dejan aparecer su expresión más austera. Aquí os dejo en él, para que veáis como una sencilla vivienda se puede convertir en un lugar lleno de estilo y encanto.
Per Jansson