En el barrio de Malasaña de Madrid nos encontramos con un bar en perpetuas vacaciones y es que ese es su nombre que ya invita a evadirse y desconectar de la rutina diaria. Dentro nos encontramos con un espacio que irradia alegría y sabor a mar. El azul intenso, el rojo y el blanco nos llevan hasta la costa sin movernos de la silla. Y las lámparas en forma de nasa junto con la madera y las cajas blancas nos traen olor a mar y a chiringuito playero. Todo con un toque vintage que lo pone un suelo hidráulico muy refrescante y unas sillas de jardín en hierro pintado, junto con otros detalles como espejos y cuadros que le dan el carácter personal al local.
Si quieres tomar una rica ensalada, un sandwich, un mojito o un vinito al anochecer sintiéndote como si estuvieses de vacaciones, pásate por este local que seguro te transporta hasta el Mediterráneo en un abrir y cerrar de ojos. En mi próxima visita a Madrid me voy de Vacaciones a Malasaña fijo.
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