Lo lijamos, salvo la zona central de elementos naturales (de inspiración modernista ¿verdad?), y pintamos completamente con pintura a la tiza...
... para luego volver a lijar muy suavemente esos adornos, lo que le da más volumen y profundidad al marco, y lo enriquece estéticamente. Al menos, bajo nuestro humilde punto de vista.
¿Que por qué lo hemos pintado de azul? Pues porque nos gustaba mucho cómo encajaba este color con los detalles que, en el mismo tono, tiene cada dibujo. Eso sí, la verdadera tonalidad es la de las imágenes de arriba, ¡la de abajo no sabemos de dónde ha salido!, será que lleva una semana lloviendo a mares y no hay forma de tener buena luz para trabajar...
Cada puerta lleva un cristal que protege las estampas.
Nos encanta el aire vintage de este trabajo, y sus delicadas ilustraciones costumbristas no hace más que acrecentarlo. Ahora solo falta que Marisa mida su cuadro de luces para ver si el tamaño es el adecuado.... ¡Sí, sí, en esas estamos!
Pero mientras esperamos, nos vamos a casa de Marcela y sus findes frugales, que allí seguro que encuentra un huequito para lucirse y compartir experiencias.
¡Disfrutad del fin de semana!