La arquitecta de interiores Marta Nowicka hizo un trabajo excelente en una casa victoriana de guardacostas en la costa de Inglaterra. La casa estaba muy descuidada por el tiempo que llevaba abandonada, había graffitis, los radiadores fueron arrancados, el baño destrozado... pero ella decidió comprarla y la ha convertido en su hogar y en el de su hijo. Ahora es una casa muy acogedora y cálida sin perder su encanto.
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