Pues bien, ahora de grandes podemos volver a retomar estos sueños. En forma de extrañas y originales vacaciones, el turismo ofrece casas, cabañas y hoteles en árboles, rodeados de frondosos bosques. En esta vuelta a las raíces y alternativas ecológicas y naturales, las opciones del turismo pretenden retomar la conexión que alguna vez tuvimos con el medio ambiente.
Existen dos formas, entre otras tantas, de pasar unas vacaciones sin tocar al suelo, eso dependiendo del continente donde nos encontremos. Por una parte, en Chile la reserva biológica Huilo- Huilo contiene dos hoteles inmersos en 120.000 hectáreas de vegetación. Nothofagus y La Montaña Mágica Lodge proponen rodearse de madera en habitaciones, bar, Spa y sala de convenciones.
Cruzando el charco, España dispone de más alternativas en variadas localidades. Tanto en Granada, Girona como en Castilla de la Mancha, el ecoturismo se ha enfocado en este tipo de tipologías. Aquí hay que adecuarse a la falta de electricidad, trasladarse mediante puentes y escaleras y vivir a 7 metros de altura.
Claramente es una opción para toda la familia y un punto de partida para realizar otras actividades, como avistamiento de aves, trekking, cabalgatas y todo tipo de deportes.
Pero también se puede decir que es una aventura en sí, en adaptarse a vivir con poco, lejos de la tecnología y en la inmensidad de la naturaleza. Una experiencia para dejarse llevar por lo que la tierra tiene para dar.
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