Murano y Burano, artesanía y policromía
De la Ferrovia a Piazzale Roma
En nuestro segundo día en Venecia decidimos visitar por la mañana la isla de Burano y la de Murano. Para ello, cogímos el vaporetto en la Ferrovia (línea 1) y nos dirigimos a Piazzale Roma.
De Piazzale Roma a Murano (pasando por el cementerio de San Miguel)
Una vez en Piazzale Roma, tomamos otro vaporetto de la línea 3 con dirección a Murano, pasando por delante el cementerio de San Miguel. Nos apeamos en la primera parada: Colonna.
Nada más tocar tierra nos salió al paso un señor ofreciéndonos visitar su fábrica de cristal. Nos comentó que en breve iba a comenzar una demostración en vivo y gratuita. Así que nos dirigimos hacia allí.
Para nuestra sorpresa, cuando llegamos había una gran cola y tuvimos que esperar cerca de una hora para entrar bajo un sol de justicia. Dentro, con los hornos, pasamos aún más calor (no sé cómo los artesanos lo soportan muy acostumbrados que estén). Pero el “sufrimiento” valió la pena. Es una maravilla lo que estos magos del cristal son capaces de hacer soplando y moldeando el vidrio a su antoja.
Tras ver la exhibición y dar una vuelta por la tienda dimos un paseo por la isla. Es pequeña pero bonita. Tiene un encanto especial con sus casitas, sus canales, sus tiendas… Daba gustar pasear, nada que ver con el agobio de Venecia.
De Murano a Burano (pasando por Torcello)
Después de ver el pueblo, se ve rápido, decimos ir a Burano. Para ello nos acercamos a la parada de Faro, que como su propio nombre indica tiene un faro (así que no tiene pérdida, jeje) y allí cogimos un vaporetto de la línea 12.
En el trayecto pasamos por delante de la isla de Torcello, pero no llegamos a desembarcar, y también de algunas otras privadas o abandonadas (con construcciones en ruinas).
De Burano deciros que es una isla con mucho encanto. La torre de su iglesia torcida, sus tiendas de encajes hechos a mano, y, sobre todo, sus casitas de colores, le confieren un aire especial.
De nuevo sentí el placer de poder pasear relajadamente por el pueblo, sin agobios, sin empujones…
De Burano a la Plaza San Marcos (pasando por Lido)
Tomamos algo en un sitio de bocadillos situado en el centro y después de andar otro poquillo para bajar la comida cogimos el vaporetto de la línea 14 para volver a la Plaza San Marcos (parada de S. Zaccaria).
En el trayecto duró más de una hora y pasamos por delante de la isla de Lido, pero no desembarcamos. Lo hicimos a bordo de un “bus” enorme de dos plantas, nada que ver con los pequeños y agobiantes que habíamos estado utilizando hasta el momento.
Y eso ha sido todo por hoy. No os perdáis la próxima entrega de la serie “Venecia”, en la que os contaré lo que dio de sí la tarde y la noche
¿Y vosotros, habéis estado en Murano o Burano?, ¿me perdí algo importante en Torcello o Lido?
* Un dulce besito *