No importa cómo sea el sofá, pero lo mejor es no dejarlo "desnudo". Los cojines visten y dan calidez al sofá y su aspecto sólo puede mejorar. Según la estación, podemos cambiar los colores y las texturas de las telas empleadas.
Aquí teníamos un sofá rústico de colores muy neutros, al igual que el resto del salón. Hemos añadido cojines de tonos celestes para dar un toque fresco al salón, junto a algunos de tonos claros.
Hemos vestido la mesa con un camino de mesa. La decoración es sencilla y rústica.
A veces, menos es más.....
No debemos tener miedo de mezclar diferentes tonalidades de un mismo color, el resultado queda estupendo.
Lo que sí hay que tener en cuenta es la profundidad del sofá o sillón; a poca profundidad, menos cojines, ya que si hay demasiados, sentarse puede resultar incómodo.
Este es un ejemplo de una decoración mucho más sobria y neutra. A mí personalmente me gusta más la primera opción con tonos azules.
Y así de aburrida se ve la estancia sin decorar....
Conclusión:
Con pocas cosas puedes reavivar una estancia aburrida y darle tu toque personal. El cambio siempre será para mejor.