A todos nos encanta viajar. No sabemos muy bien la razón, pero a pesar de ese mini espacio que han reservado para tus piernas en el avión, el trajín con maletones por ciudades desconocidas y el no tener todas tus cosas al alcance, aun así, viajar se convierte en adictivo.
Pero evidentemente no todo son contras. Nos sirve de paréntesis, para alejarnos de nuestra realidad y observarla con cierta distancia y sobretodo, ya desde un enfoque más profesional, para renovar el fondo de armario de ideas.
En Molins Interiors, interioristas de Barcelona, cada vez que viajamos exploramos, adaptamos e intentamos triunfar. El mundo avanza en todos los sentidos gracias al riesgo de poner en práctica nuevos conceptos e ideas, pues en el interiorismo o arquitectura interior, no es menos.
A veces, no solo entrenamos nuestra creatividad sino que por algún motivo, llega un día que te encuentras en el lugar ideal, con la persona indicada, para tener la idea definitiva. En nuestro caso, fue en un rincón de un Bistro de Paris en el año 78 que sobre una servilleta , predecesores del estilo Messi, creamos el primer Show Room de decoración de Barcelona.
En definitiva, estancarse depende de uno mismo. Si viajas, ganas. No siempre significa un gasto extra, sino una inversión.
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