Vlad Tepes (Vlad el Empalador)

Vlad Tepes (Vlad el Empalador)

Vlad Tepes, Vlad III, de nombre de nacimiento Vlad Draculea, nació en Sighisoara (Transilvania), en la antigua Valaquia, al sur de la actual Rumanía en noviembre de 1431.

Hijo de Vlad Dracul (Dracul en rumano significa Dragón) era por nacimiento príncipe de Valaquia. Desde pequeño pudo vivir de cerca las intrigas políticas, fue entregado como garantía por su padre a los turcos, como seguro de paz y servidumbre, en 1444 con solo trece años.

Se crio en la corte del sultán Murat II padre de Mehmed II al que parece ser que tuvo como hermano.

Tres años después vuelve a su tierra, al ser depuesto y asesinado su padre y a su hermano Mircea le sacaron los ojos y lo enterraron vivo, por orden de Juan Hunyadi, poderoso noble rumano considerado uno de los más grandes militares de la Europa Occidental. La rebelión fue encabezada por la aristocracia de los boyardos a los que Vlad odiará y se vengará brutalmente más adelante.

Con el apoyo de los turcos se hace con el poder en Valaquia proclamándose rey en 1448 incluso se hace Príncipe de Transilvania, pero le dura pocos meses, otra vez por orden de Juan Hunyadi es expulsado por los húngaros.

Estuvo ocho años viajando buscando apoyos para su causa, para terminar en la corte de Juan Hunyadi, el cual decide tomarlo como aliado y le nombra consejero, el enemigo común de todos los reinos cristianos eran los turcos y Vlad por su conocimiento de ellos y el odio que les tenía era un valioso aliado.



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Ya con estos apoyos se hace de nuevo con el poder en Valaquia en 1456 esta vez con el reconocimiento de los reinos cristianos.

Como gobernante era brutal, se religión de origen era la ortodoxa, pero más tarde se cambió al cristianismo, a pesar de ello la palabra piedad no existía para él, odiaba el robo, las mentiras y el adulterio y si el infractor era de alto rango, más duro y cruel era el castigo.

Para asegurarse la lealtad en sus dominios actuó con una brutalidad inusitada en las ciudades de Kronstadt y Hermannstat, al negarse a comercial con él ni pagar impuestos hizo matar a 30.000 de sus habitantes, mediante un método muy cruel que le haría famoso y temido el empalamiento”.

Entre 1456 y 1462 está documentado que por este sistema entre 40.000 y 100.000 personas fueron asesinadas, además para que sirviera de advertencia lo hacía con una técnica que denominaba el bosque de los empalados, que consistían en formar círculos concéntricos de cuerpos empalados perfectamente ordenados en los cuales los cadáveres se pudrían sin darles sepultura, lo que daba una imagen espantosa a todo aquel que lo viera.

Los boyardos no fueron olvidados, en la Pascua de 1459 los invitó a los festejos indicándoles que vinieran con sus mejores galas. Una vez terminada la cena comenzó su sangrienta venganza, a los más viejos los empaló allí mismo, al resto los llevó para que sirvieran de esclavos en la construcción de su nuevo castillo, donde murieron de agotamiento y con sus galas convertidas en harapos.

En 1459 en Brasov empaló a 30.000 habitantes de mayoría sajona por rebelarse contra él y, montó un festín en el centro de este bosque de empalados, mientras que los cabecillas y sus familiares eran descuartizados por el verdugo para entretenimiento de los comensales.

Un año después otras dos ciudades fueron arrasadas por el mismo motivo sus 15.000 habitantes fueron empalados o quemados en sus hogares y pasarían generaciones hasta que estas zonas volvieran a ser pobladas.
Para no permitir que nadie huyera de su mano al firmar la paz con Transilvania exigió que no se diera refugio a ningún fugitivo.

Ya asentado en el poder tuvo mucho éxito en su guerra contra los turcos, incluso se libró de una trampa mortal que el propio sultán Mehmed II le preparó atrayéndole a una reunión.

Hasta a Mehmed II, un individuo que tampoco hacía ascos a la sangre y la crueldad le resultó tan brutal el impacto de ver un bosque de empalados que llegó a enfermar. En él había empalado a 25.000 prisioneros turcos, húngaros, rumanos, búlgaros y colonos con sus familias en un valle que había talado para luego repoblarlos con sus macabros árboles.



Imangen de Vlad III de su época



Llegó a invadir territorio otomano y fue tal el terror que produjo que parte de la población de Constantinopla salió huyendo.

Mehmet II contraataco con 150.000 hombres y una flota que ascendió por el Danubio, Vlad disponía de algo más de 20.000 hombres, pero era como perseguir a fantasmas, solo peleaban cuando les era favorable, usaban tácticas de guerrilla y tierra quemada, envenenaban los pozos de agua y mandaba a los enfermos a luchar contra los turcos para contagiarlos.

Incluso con unos pocos hombres llegó a colarse disfrazado en el campamento turco e intentó asesinar al propio Mehmed.

Finalmente fue sitiado en su castillo de Poenari donde su mujer la princesa Cnaejna se suicidó antes de caer en manos de los turcos y Vlad capturado fue encerrado en la torre real en Buda.

En 1474 fue puesto en libertad para luchar nuevamente contra los turcos su fama de líder su habilidad como guerrero y su indudable valor le hacían un líder temible que era lo que se necesitaba contra el poderoso imperio otomano. Finalmente murió en combate contra sus eternos enemigos.

Está considerado como héroe nacional en Rumanía, como político parece ser que destacaba de los demás por ser honrado, limpiar de delincuentes sus tierras y de velar por los súbditos que le eran leales, además de ser un gran patriota, que luchó con todas sus fuerzas por la independencia y libertad de sus tierra, pero los métodos empleados, en una época en la que se aplicaba el terror y la crueldad por todos los bandos, él los superó a todos convirtiéndose en un ser sediento de sangre, al que se apodó Vlad Tepes (Vlad el empalador en lengua rumana), no es de extrañar que Bram Stoker se inspirara en él para su personaje de Drácula.



Castillo de Poenari

Imágenes cortesía de wikipedia.

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