Comenzamos la segunda parte de nuestro #objetivoaño2017. Los tres post anteriores tenían un fin claro, y era “allanar” el camino para que el enfrentarnos con nosotras mismas fuera más fácil, con la Navidad encaminada y más o menos organizada, toca parar y reflexionar.
Por eso hoy comparto contigo un ejercicio que hice por primera vez en Diciembre de 2007 (¡¡¡hace 9 años!!!) y que me ha ayudado en muchísimas ocasiones, especialmente en aquellas épocas en las que me encontraba un poco perdida.
Aquel diciembre fue el peor de mi vida. Nuestro hijo Álvaro (Nuestro ángel de la guarda) había fallecido unos meses antes y yo me debatía entre el dolor del duelo y la alegría de estar esperando un bebé. Acudía a terapia a la consulta de una amiga de mis padres, que con diferentes métodos de lo más diverso (masajes, flores de Bach, meditación, tratamiento con piedras volcánicas, etc…) me ayudó a sobrellevar la situación hasta el día que nació nuestro nuevo hijo J.
Un día, cuando llevaba ya varias semanas, me dio un papelito en el que había escrito lo siguiente:
Qué quiero
Qué no quiero
Que me duele
Qué me enfada
Me instó a que respondiera a cada punto volcando en un papel tódo lo que tenía dentro. Todo lo que quería, todo lo que no quería que siguiera en mi vida, en mí (sentimientos, actitudes…), lo que hacía daño (gestos, palabras, pensamientos…), y todo aquello que me enfadaba, que me provocaba incluso ira. Hoy te invito yo a probar a hacerlo porque sé que funciona. Cuesta hacerlo, pero es liberador y muy esclarecedor.
Estoy segura de que el próximo día que nos veamos por aquí, algo dentro de tí habrá cambiado y estarás list@ para el siguiente paso final. Por favor, no dudes en contarme que te ha parecido la experiencia.
Un beso,