Para mantener libre de peligros tu hogar o negocio es indispensable contar con las medidas de seguridad más adecuadas. En Prosegur no solo protegemos lo que más te importa con la instalación de alarmas de seguridad, sino que también ponemos a vuestra disposición los detectores de gas más novedosos del mercado.
La ubicación de estos detectores dependerá del modelo seleccionado, pues unos deben ir en el techo y otros cerca del suelo. No es necesario ser un experto para instalar estos dispositivos pero, ante el incremento de incidentes ocurridos en los últimos años, es muy recomendable que al instalar los detectores de gas combinéis el sistema con otro tipo de alarmas y dispositivos anti-intrusión para reforzar la seguridad. las ventajas de este sistema son:
Monitorización y gestión de las incidencias a través de una Central Receptora de Alarmas (CRA).
Aviso inmediato al interesado, en caso de incidente, esté o no presente en su domicilio o negocio.
Notificación a los diferentes servicios de emergencias, en caso de ser necesario.
Los sensores de gas detectan la presencia o emanación de gases tóxicos y explosivos de diferente composición: butano, metano, gas natural y demás gases de combustión. También pueden detectar el humo procedente de un incendio por los gases que desprende la combustión. Estos detectores se caracterizan por emitir una señal que alerta a la CRA para que se active el protocolo correspondiente y, en muchas ocasiones, tienen la capacidad de accionar el sistema de extinción de incendios del hogar o negocio.
Ahora bien, dado que los gases tienen diferentes densidades, es vital saber dónde colocar estos detectores para que la activación de la alarma sea efectiva. Para la detección de gases como el butano o el propano, los sensores deben colocarse en paredes sin obstáculos ni corrientes de aire y a un máximo de 30 cm del suelo. En caso de gases ligeros, como el gas natural hay que instalarlos a 30 cm del techo y siempre a otros 30 cm de cualquier esquina.
En cualquier caso, todo detector de gas debe colocarse a una distancia de entre 1 y 3 metros del foco a cubrir y nunca cerca de fuentes de calor directo (hornos, fuegos de cocina, estufas…). Hay que evitar obstáculos, como muebles o tabiques, que bloqueen la detección del gas. Por último, los sistemas de detección deben estar alejados de las puertas, ventanas o rejillas de ventilación que provoquen corrientes de aire y puedan mover el gas en dirección contraria a la situación del detector.
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