Sé que no soy nada original y que seguro que much@s de vosotr@s la tendréis en vuestra lista, pero hay una idea que, sin duda, está incluida en la mía: un ventanal interior para la cocina.
¿Vamos con un poco de inspiración?
Fotos @ Pinterest.com
Y es que, a la hora de comunicar espacios, de multiplicar la luz y de dar más sensación de amplitud, las paredes acristaladas se están convirtiendo casi, casi en un "must". Apostar por un ventanal interior no es sólo una gran solución decorativa, sino que facilita la comunicación visual - y hasta verbal - con personas situadas al otro lado del cristal y, al mismo tiempo que la luz inunda ambos espacios, consigue una especie de efecto óptico que hace que prolonguemos nuestra mirada a lo largo de las dos estancias que divide.
Los espacios que se pueden unir por un ventanal interior son tantos como los que podamos imaginar: habitaciones principales con su cuarto de baño; cualquier habitación con su vestidor; despachos con salones, escaleras... y, con la que yo sueño y que es en la que nos vamos a centrar hoy, la cocina y el comedor.
En cuanto a las tendencias en materiales para el cerramiento, ahí sí que la variedad es menos. Lo habitual es decantarse por, una de dos, los cerramientos de madera - ya sean barnizados o lacados - o los de hierro, que proporcionan a las estancias un aire más industrial.
¿No os habéis enamorado de todos y cada uno de los ejemplos? Yo lo estoy. Si tengo claro que uno de estos ventanales interiores encabeza mi lista de imprescindibles en mi casa ideal, lo que soy incapaz de decidir es el estilo. Si un día estoy loca por los de estilo industrial, al siguiente me entra la vena rústica y quiero que sea de madera lacada en blanca, y al otro me pongo nórdica y lo quiero de madera negra, pero qué queréis que os diga... ¡bendita indecisión! Ojalá un día me toque la lotería y me vea obligada a decidirme por fin ;)
¿Y vosotr@s? ¿Qué cosas son un fijo en vuestra lista para una casa ideal?
¡¡FELIZ MIÉRCOLES!!