¡A saco!

Así somos. Cuando algo se nos mete en la cabeza, vamos a saco a por ello hasta conseguirlo. Y no nos referimos a cosas materiales, no, sino a las ideas. Esas que fluyen por las testas de ambas, siempre en constante actividad mental. ¡A saco! Esta frase viene del verbo "saquear", acto que se realizaba durante los periodos de guerra, cuando los soldados invadían tierras ajenas y arrasaban con todo lo que encontraban de valor en casas o negocios. Para ello usaban sacos enormes, de gran capacidad para trasportar el máximo preciado botín. Nuestro botín es la inspiración, esa que a veces llega y a veces echamos de menos... Pero no cejamos en nuestro empeño. Si se va, la buscamos y la metemos en el saco de la constancia, la imaginación y el trabajo.



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¿Hay algo a lo que le entráis vosotr@s a saco? ¿O dejáis los sacos para menesteres decorativos? ¡Contadnos!

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