La luz es muy importante en este interior, y no sólo la natural que entra por las ventanas, sino también las lámparas. La sensación de la ‘chandelier’ de cristal y las sillas Ghost de Kartell, ayudan a esa sensación de ligereza en todo el ambiente. Los dormitorios resultan de lo más acogedor. Textiles vaporosos y en algodón y linos, que aligeran, tonos crudos y neutros, que amplían… Un apartamento lleno de intenciones, donde la gama cromática se salpica de acentos en verde que refrescan el conjunto algo apagado por tanto gris. Sencillez, en un aire nórdico inconfundible, para un espacio abierto, lleno de calidez a pesar de todos sus condicionantes, y que ha sabido aprovechar su arquitectura y hacerla partícipe de la decoración interior.
¿Qué os parece este mini espacio? ¿Viviríais en un espacio tan gris? Dejadme vuestros comentarios.
¡Feliz día a todos!
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