¡Hola a todas!
Hoy os traigo el último post de esta semana relacionado con propuestas de juego para la mesa de luz. Sé que es un tema que os interesa mucho, así que estoy segura que os encantará. Para las que no lo sepáis hace tiempo os preparé un DIY de cómo haceros con una mesa de luz bien baratita a partir del cambiador de madera de Ikea. Lo podéis ver aquí.
Para las que no os queráis liar con tanto DIY y queréis ir a lo práctico, en Jugaia tenéis unas cajas de luz portátiles bonísimas (como las de la foto; que no es nuestra, si no que nos la dejaron para probar unos días) y que se puede poner tanto en el suelo (para cuando son más pequeños) como encima de una mesa (cuando ya son más mayores). Las podéis encontrar aquí. Tienen varios modelos y tamaños así que miraros la que más os convenga.
En su momento ya os hablé de las propiedades y beneficios de las mesas de luz, así que no me alargaré hoy con ello. Si queréis refrescarlo o tener más información sólo tenéis que ir al post que os he enlazado al principio. Hoy quería hablaros sobre este juguete como propuesta para jugar en la mesa de luz.
Ya sé que muchas lo conocéis, porque cuando lo subo a stories me escribís diciendo que a vuestros peques les encanta, y es que es un acierto total. Además ha sido un juguete que ha ganado muchos premios, y no es para menos, ya que sus usos y aplicaciones son numerosas.
Es un juguete muy muy sencillo, ya que únicamente se tratan de unas figuritas de silicona con formas de familia.. Hay todas las formas de todos los géneros (niño, niña, mujer, hombre, anciana y anciano) en 5 colores distintos, por lo que ya os podéis ir imaginando la cantidad de posibilidades que nos ofrece.
Os voy a ir detallando alguno de ellos, aunque seguro que me dejo algunos por el tintero (iré enumerando y añadiendo en función de la edad):
Experimentación sensorial: son muy agradables al tacto, se pueden doblar, morder, girar… y su tonalidad cambia cuando lo ponemos encima de la mesa de luz
Nociones matemáticas sobre el color. Podemos ir sugiriendo que nos de todos los que encuentre del mismo color e ir poco a poco introduciendo los nombres a estos aspectos.
Psicomotricidad fina: encajar los diferentes elementos uno a otro, lleva su técnica. Y no solo trabajamos los dedos si no también la concentración y la paciencia.
Lenguaje verbal: ampliación del vocabulario enumerando los distintos miembros de una familia (y básicamente de una sociedad). Niños, niñas, hombres, mujeres y gente mayor.
A nivel matemático es dónde yo creo que tiene más potencial. A medida que van creciendo podemos ir creando series, secuencias, agruparlos siguiendo diferentes consignas (un grupo donde todos sean verdes, un grupo donde todos sean mujeres, etc). Podemos jugar también a crear nuestras propias familias, grupos de amigos, etc. Por ejemplo Valentina me pide muchas veces que le haga un grupo de las niñas que conoce y una vez tiene enlazadas a esas 3 niñas juega con ella y se crea sus historias.
Cuando son más. mayores podemos tratar la diversidad familiar: cuántos tipos de familias existen. Y de este modo que crezcan sabiendo que no hay una familia estándar si no que hay muchas más opciones.
Mirad cuántas cosas no han salido cuando los niños “simplemente juegan con unas figuritas de silicona”. Además, al ser un juego tan sencillo es muy económico también así que os recomiendo que vaya directo a vuestra Wish List de juguetes.
¿Os habías imaginado alguna vez que podían haber tantos aprendizajes detrás de un juego? La verdad es que las mesas de luz nos ofrecen infinidad de opciones así que me compromete a sacar más fotos e ir sugiriendo más ideas para jugar. Mientras, os dejo este otro DIY que hice de botellas sensoriales. Súper fáciles, súper bonitas y que os aseguro que jugaran MUCHÍSIMO!. Os dejo el enlace aquí.
Y eso es todo por esta semana, nos vemos el lunes con más y mejor! Que disfrutéis mucho del finde, nos vemos por Instagram!