Las lámparas cargadas de recuerdos son nuestras favoritas: la que trajiste de aquel viaje maravilloso a Turquía o aquella que desechó tu abuela en la última mudanza, esas son las mejores.
Mirad esta lámpara de metal con un color turquesa, dando color a un habitación blanca como ésta. Pero otra de las opciones es darle un toque especial a un hall, pasillo o una sala pequeña con una lámpara estilo morocco, las colores plata son de mis favoritas pero hay de muchos colores y combinaciones.
La lámpara heredada de generación en generación, es una de las mejores opciones si le queremos dar una pizca de estilo vintage a la casa.
Otro de los factores que no puede pasar desapercibido es el tamaño, las lámparas grandes encima de una mesa de comedor o aquellas que están en una esquina del salón dando protagonismo a la lámpara en sí y creando un entorno agradable a su alrededor.
Aunque una lámpara pequeña si es vistosa y le sabemos dar partido nos puede quedar genial, sobre todo si se trata de un espacio pequeño donde no podemos cargar excesivamente de elementos.
Ahora os propongo algo DIY muy sencillo de hacer y que queda realmente genial, y es simplemente pintar con rotuladores permanentes de punta gruesa, propongo dorados y plateados, la cabeza de una bombilla, cubriendo así la máxima superficie dejando salir pequeños puntos de luz.
Y por último y para desearos una buena tarde os dejo una terraza decorada con lámparas entrelazadas... nos encanta. ¿A vosotros?