Esta antigua vivienda Victoriana ya había sido remodelada en la década de 1980, pero era un revoltijo de pequeños espacios que carecían de luz y ventilación, con una distribución un poco ilógica y complicada. Studio Four fue el encargado de reestructurar el espacio interno para mejorar la distribución y las circulaciones con el fin de conseguir un espacio más funcional y una mayor comodidad para sus habitantes.
Todo se diseñó de nuevo para darle también un aspecto más actual, y ahí es donde me gustaría destacar el estilo limpio, elegante e impoluto de los arquitectos. La nueva cocina se instaló en una ampliación que se realizó en el jardín, con acceso directo a él para aprovecharlo los meses de verano. La isla central y la mesa de la cocina forman una misma pieza de madera de roble, y se combina a la perfección con las sillas CH20, diseño de Hans Wegner. Unos largos estantes abiertos de acero recorren la pared principal de la cocina para ganar almacenamiento, pero con su sencillez y discreción consiguen minimizar su impacto visual. Una pequeña habitación en la parte posterior contiene la despensa y la zona de lavandería, muy bien ocultas con unas discretas puertas blancas. Por el otro lado queda conectada con el comedor, con un arco de madera que define bien el límite de ambos espacios, y en el lado del salón, se aprovecha esa zona de paso para ubicar una gran estantería en toda la superficie de la pared, otorgandole un gran protagonismo dentro de la vivienda. En esa misma estancia destaca la chimenea de acero negro y la pared que se eleva sobre ella, realizada con listones de madera.
Toda la vivienda destaca por su fuerte inspiración escandinava, tonos blancosy el uso de la madera. En los dormitorios, también podemos observar el uso de algún color llamativo para darle personalidad y hacerlo algo más acogedor.
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¿Qué os ha parecido esta vivienda tan discreta pero con tanto caráter?