Ni es gris, ni es beige. Es, como su propio nombre indica, la mezcla de ambos. El greige es un color neutro por excelencia, perfecto para decorar cualquier ambiente de la casa, desde el salón al dormitorio, pasando por la cocina. Te contamos todas sus cualidades para que puedas aprovecharlas al máximo.
El color. Sin él no se entiende el interiorismo ni la decoración de un ambiente. Incluso en los espacios total white en los que solamente se utiliza el blanco, el color (o la ausencia del mismo) determina el carácter de la habitación. Por eso ofrece tantísimas posibilidades a la hora de decorar y hacer nuestro cualquier espacio. Hoy te vamos a hablar de un color especial. Es el greige, un neutro que está de la más rabiosa actualidad.
Por qué merece la pena elegir el greige
Hace un tiempo te hablaba de las muchas posibilidades que ofrecen los colores neutros a la hora de crear el interiorismo de nuestra casa. Y cuando digo neutros, a todos se nos vienen a la mente los colores que se suelen agrupar bajo esta acepción. Son el blanco, el beige, el gris, los tonos arena y quizás, el negro.
Pues bien, hay mucha vida después de los neutros mencionados y un sinfín de matices que conviene resaltar. Como los que nos trae el greige, un color neutro y especial que aporta un aire sutil y delicado, cálido y envolvente. Te contamos las cualidades que lo hacen especial.
El nuevo blanco
Si te has decidido a apostar por los colores neutros para decorar tu casa, puede que te apetezca probar otros tonos que no sean el típico blanco o el gris perla. Elegir tonos más especiales te ayudará a crear espacios con más carácter. El greige tiene mucho que decir, en ese sentido. Incluso podrás hacer de él el nuevo blanco.
De hecho, las paredes blancas están a la baja incluso en los ambientes de estilo escandinavo. Puede que te parezca que decir esto es un atrevimiento. Y es que el blanco es y siempre será un color único e irrepetible. Sin embargo, las últimas tendencias en decoración apuestan por patrones de color diferentes. Neutros, sí, pero no con el dominio total del blanco. El greige es una alternativa a tener en cuenta.
Lo mejor de ambos
El greige es la mezcla entre el gris y el beige. Una de sus mayores cualidades es que reúne lo mejor de ambos y elimina lo peor de cada uno. Así el color resultante corrige un poco el toque un tanto frío del color gris y lo hace más acogedor. Y también matiza el tono amarillento del beige que lo convierte en un color difícil de combinar con colores fríos.
El resultado es realmente mucho mejor. Un gris más atractivo y especial, más cálido y confortable. Un color que combina muy bien con otros muchos tonos, fríos o calientes, del espectro cromático.
Una gama amplia con diferentes intensidades
Si el beige te resulta bastante anticuado y el gris un tanto frío y poco acogedor, el greige es el color que estabas buscando. Un neutro que puedes usar sin miedo a equivocarte.
Claro que también tendrás que decidir la intensidad que te gusta (o la que va mejor) en la habitación que quieres decorar. Puedes elegir un greige más claro o más oscuro, según el efecto deseado.
Es importante que, antes de decidirte, tengas en cuenta la luz natural que recibe el espacio. Ya sabes que si la estancia es muy oscura, lo mejor que puedes hacer es elegir tonos más claros y luminosos. En cambio, si tu salón es amplio y recibe bastante luz natural, puedes pintar las paredes con un greige más oscuro. Así le aportará personalidad al espacio. Píntalas todas o solamente una.
No te limites a las paredes
Una de las cosas positivas que te ofrece este color neutro, es que no has de limitarte a pintar las paredes con él. Puedes elegirlo para las tapicerías de sofás y butacas, para los muebles o para los textiles.
Un ejemplo es esta cocina tan especial en la que se ha optado por un mobiliario de madera pintada en greige.
Versátil y siempre perfecto
Una de las cualidades del greige que más me gustan es su gran versatilidad a la hora de decorar con él cualquier espacio. Es un color que se adapta de maravilla a todo tipo de ambientes, estén decorados en un estilo u otro.
Como los buenos neutros, es perfecto en ambientes de estilo nórdico. Pero también resulta muy elegante en salones clásicos, en especial si le das cierto protagonismo a los muebles tapizados en este color. O en espacios contemporáneos, acompañado de mobiliario de vanguardia y toques metalizados. Y si apuestas por unas piezas de cuero, madera oscura y hierro podrás decorar un espacio con un aire industrial muy atractivo.
Como ves el greige es un color versátil y lleno de posibilidades, que te ayudará a darle a cualquier ambiente de la casa un toque neutro pero también personal.
Puedes leer la entrada original y completa en de la revista online Decoración 2.0.