Bellavista del Jardín del Norte

El equipo creativo, estudio de Barcelona especializado en el diseño de espacios para la gastronomía, siempre nos sorprende con sus asombrosos diseños y propuestas. No dejan indiferente a nadie. Partimos de la idea de que los espacios, igual que la comida, han de contar cosas, crear sensaciones y producir experiencias. Comenta el equipo. Y sin duda, después de descubrir el restaurante Bellavista del Jardín del Norte, en Barcelona, podemos ver que alcanzan sus objetivos. Como muchos citan A Barcelona le ha crecido un pueblo con su plaza, su iglesia, su fuente, su quiosco de diarios, su bar con futbolines, su barbería y hasta los bancos desde los que ven pasar el tiempo los ancianos del lugar… El Bellavista del Jardín del Norte se define como un cruce de caminos gastronómicos y está concebido como un pueblo, recreando distintos ambientes dentro de él. La entrada de Bellavista del Jardín del Norte te recibe con miles de flores colgadas del techo e inmediatamente te sientes transportado al pueblo de tu familia, de tus veraneos... Así, la entrada del restaurante es su Floristería, un jardín colgante y un invernadero lleno de plantas. Después varias áreas recrean el pueblo/restaurante Bellavista del Jardín del Norte: el Colmado, un tenderete de preparación de desayunos y venta delatas, conservas y elaboraciones propias; el Quiosco, una zona de desayuno, vermut y meriendas con un buffet de dulces y la prensa diaria; el Bar de pueblo, un lugar de reuniones para ver el fútbol y otros acontecimientos deportivos y jugar (a las cartas, al dominó y a máquinas recreativas gratuitas y solidarias, en colaboración con la fundación Ivan Mañero); la Iglesia, con sus bancos y su gran campana, reproducción de la Basílica de San Pedro del Vaticano; la Barbería, uno de sus espacios más representativos donde se ofrecen algunos de sus productos estrella; la Plaza del pueblo, un espacio donde sentarse a comer; los Balcones, una zona de mesas más exclusiva, con mejores vistas, pantallas de 55’’ y una playstation 4; el Cine, una zona polivalente donde los niños podrán ver películas los fines de semana mientras sus padres terminan de comer; la Tómbola, una de las grandes atracciones cuando los pueblos se visten de fiesta y una de las claves del restaurante, su impresionante cocina… Además, no puede faltar la fuente del pueblo, su Manantial de Rosario, con dos grifos de agua con gas, dos de agua fría y dos de agua natural, y la joya de la corona, su espectacular jardín. Detalles como una fuente, en la que los comensales pueden rellenar sus botellas (con agua con y sin gas), una silla de barbero donde por las mañanas atenderá un limpiabotas, un sala para actividades culturales en la planta de arriba, unas máquinas de marcianitos antiguas o un tocadiscos, son detalles de ese pueblo. La segunda planta contiene el área más privada. Aqui se sitúan los reservados, cuatro salas de diferente tamaño separadas por unas cortinas correderas combinables según el aforo necesario. Los reservados participan del doble espacio de la planta de abajo gracias a su condición de balcón abierto reforzado por la sensación de exterior de las plantas y el mobiliario de metal. En otro lado las salas de eventos reciben la luz de la calle aunque su exposición está tamizada por los tallos de las flores de la entrada. Sus paredes forradas de papel pintado reproducen el espíritu floral del exterior asegurando a su vez el confort acústico. Bellavista del Jardín del Norte está en la calle Enric Granados, 86 en Barcelona. Si tienes la oportunidad, visita este paraíso, una maravilla para todos los sentidos.

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