Evidentemente esta marca tiene ya una imagen más que asentada y poco tienen que hacer para llamar la atención, sin embargo es difícil que después de tantos años consigan sorprendernos...pero lo hacen.
La tienda está situada en los jardines del emblemático hotel La Mistralée. Sigue manteniendo el encanto clásico de la maison francesa, pero con ese punto transgresor que Karl Lagerfeld ha sabido darle. La decoración habla por sí misma. El colorido, como es evidente en esta zona y dado que la tienda se instala desde ahora hasta el mes de Octubre, es el gran protagonista en el interior. Y en el exterior, cercano a la piscina, sencillez y tono más clásico. Como si de un chalet particular se tratara, con blanco y azul como colores predominantes.
Mucho glamour en un lugar lleno de luz. Una mezcla perfecta entre el charme francés y la modernidad y estilo de los desfiles de Nueva York.
¿no os parece?
BONNE JOURNÉE!
Fotos: Vogue Fr