Como te explicaba, los floreros tienden a acumular polvo, lo que se hace especialmente evidente si se trata de cristal. Además, en el caso de que alberguen agua y flores la situación empeora, porque se formará una capa blanca difícil de arrastrar solo enjuagando. Por eso, cada cierto tiempo es conveniente hacer una limpieza en profundidad y recuperar el brillo del primer día.
Si el florero es de apertura ancha no tendremos problema y con introducir un cepillo o estropajo suave bastará. Simplemente lava el florero, suavemente, sin incidir demasiado y después, enjuágalo. A continuación, limpia y seca con un paño.
Cómo limpiar un florero de cristal con arroz y vinagre
Pero si por el contrario, el florero cuenta con una boca pequeña y cuello angosto, deberás limpiarlo de este modo. Para ello, necesitarás un puñado de arroz, vinagre blanco y jabón antical.
En primer lugar, deposita el arroz en tu florero y cubre con agua templada. Seguidamente, tapa la boca con la mano, agita enérgicamente el contenido y vacíalo.
Si las manchas no hubiesen desaparecido, deberás llenar el florero de cristal con vinagre y déjalo reposar toda la noche.
Al día siguiente, vierte el contenido en el fregadero y limpia el florero con jabón como lo harías habitualmente. Por último, aclara y sécalo con un paño suave. Con esto, ya tendrás el florero listo para volver a utilizar y decorar tu casa como se merece.
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