Nuestro tiempo se encuentra cada vez más fragmentado entre diferentes fuentes de atención y dedicación. El multitasking es parte de nuestro día a día y cada vez se van sumando más factores a tener en cuenta a la hora de supervisar. En ese sentido, la economía del hogar es una de esas tareas que no debemos descuidar en absoluto, ya que es la que nos permitirá poder proyectar en diferentes áreas de nuestra vida. Después de todo, ¿cómo hacer planes a futuro si no sabemos con cuánto dinero contamos para poder ejecutarlos? Por suerte, las nuevas tecnologías, una vez más, pueden hacernos la tarea mucho más sencilla.
En primer lugar, herramientas como una Bitcoin Wallet nos permiten comenzar a operar e invertir en uno de los activos financieros estrellas del momento sin necesidad de salir de nuestros hogares, pudiendo hacerlo en cualquier momento del día. Muchos jóvenes alrededor del mundo han comenzado a incursionar en el mundo de las criptomonedas gracias a estas prácticas y convenientes herramientas. Así, lo que antes parecía destinado a especialistas en mercados o programadores, ahora está al alcance de cualquier persona que quiera obtener beneficios extras para alcanzar sus sueños: mudarse, cambiar de coche o realizar ese viaje tan anhelado.
Por otra parte, también existen aplicaciones que nos permiten trazar metas de ahorro realistas y ejecutables. Es muy común, cuando se comienza a ahorrar, proyectar planes ambiciosos que no se pueden cumplir y generan mayor frustración, desandando de manera veloz lo poco que se haya podido avanzar en el camino. De esta manera, llenando breves cuestionarios y completando con datos reales, muchas apps a través de algoritmos e incluso Inteligencia Artificial planifican planes de ahorro que se ajustan a nuestra realidad. Con interfaces dinámicas y entretenidas, estas herramientas se han convertido de gran ayuda a la hora de emprender el arduo camino del ahorro.
Por último, y de la mano con lo anterior, existen apps y herramientas online que permiten tener un mayor registro de nuestros gastos cotidianos. Por ejemplo, se suele pensar que algunas compras suculentas son las que arruinan nuestros planes, cuando en realidad está comprobado que lo que más atenta con nuestras finanzas suelen ser los pequeños “gastos hormiga”, es decir, aquellos que realizamos casi a diario por montos no significativos de dinero pero que en el acumulado suman grandes cifras. Cambiar alguno de esos hábitos, o al menos tenerlos registrados y ser más consciente, cambia por completo la ecuación.
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