Porque el aire acondicionado no es el único remedio útil a la hora de refrescar el ambiente en casa, pues existen muchos hábitos fáciles y cotidianos que nos ayudarán a hacer frente al calor:
- Hacer un buen uso de las ventanas: durante el verano, es importante tener las ventanas cerradas y las persianas bajadas durante las horas centrales del día, cuando la incidencia del sol es mucho mayor. Por supuesto, contar con una ventana y una persiana de calidad, que proporcionen un buen aislamiento térmico, será fundamental para evitar la entrada de calor, así como la pérdida del 'frío' generado por el aire acondicionado: perfiles de PVC, doble acristalamiento...
- Los toldos también son un buen recurso, sobre todo en las ventanas que tienen orientación sur y oeste.
- El uso de electrodomésticos puede afectar a la temperatura ambiental, así que se recomienda limitar su uso a la noche.
- Tener plantas en casa y, sobre todo, regarlas, ayudará a refrescar el ambiente y a purificar el aire.
- Se debe tener las puertas de las habitaciones cerradas, para que el aire caliente no pueda recorrer toda la casa, sobre todo cuando tengas encendido el aire acondicionado.
- Es importante ventilar, pero a primera o última hora del día, y en esta ocasión dejando las puertas de la casa abiertas, para que corra el aire.
- En cuanto a la iluminación, las luces LED son las que menos calor irradian.
- Al ducharse y cocinar, hay que evitar la acumulación de humedad, ya que subirá la temperatura ambiental. En cualquier caso, debemos procurar evitar métodos de cocinado como el horno, los guisos de cocción larga… O, si no es posible, hacerlo a primera hora de la mañana.
- Podemos reorganizar la decoración de la casa, para disponer el mobiliario que más usemos en la zona de la estancia más fría (el sofá, la mesa para comer…).
- Aprovechemos para cambiar los textiles por opciones más ligeras y frescas como el algodón, el lino, la seda… Una funda en el sofá si este es de piel o terciopelo será básica. Y no hace falta que renunciemos a las alfombras, pero que sean mejor de fibras naturales.
- Puede funcionar también ‘engañar’ a nuestra mente devolviéndole la imagen de un entorno veraniego y fresco, a partir de estampados alegres y una gama de colores claros y tonalidades frías, como los azules y verdes.
- Como el aire frío tiende a bajar, si tenemos una casa de varias plantas, se recomienda tener el nivel superior lo más fresco posible.
- Fregar el suelo por la mañana (si es de un material que admita ser fregado diariamente) también aportará cierto frescor.
- En los dormitorios, se recomienda dejar ventilar las sábanas durante el día y ponerlas justo antes de dormir.
Esperemos que os resulten útiles estos consejos. Nos vemos en el próximo post de Vivienda Saludable.