Nos agenciamos con unas tablitas, las cortamos a la medida idónea y con ellas...
... unimos estratégicamente de dos en dos los cajones, a los que previamente les habíamos quitado el fondo.
Les dimos una rápida mano de pintura Chalky en tono Corinto a la parte externa de los cajones, sin mucha precisión.
Algunos agujeros con el trompo para asentar la estructura con tornillos ...,
... y cuatro pequeñas ruedas, dieron remate al trabajo.
Ni que decir tiene que el primero en disfrutar esta monería fue "Felipe". Y es que el "partenaire" de una de nosotras puso no sólo su hogar, sino también su mascota, para lucir este librero. Además, participó activamente en este reciclaje tan útil como aparente. ¿Cómo lo veis?
He aquí antes de su manita de pintura. Tampoco queda mal, ¿verdad?
Pero mejor con color, decididamente....
Ea, y ahora nos vamos al Finde Frugal número 102 de Marcela. ¿Nos acompañáis?
¡Feliz fin de semana!