Como os he contado en otras ocasiones, el vivir en una ciudad pequeña del norte y tener a una abuela en una aldea cercana, es un lujazo que aprecio muchísimo. Quizá más ahora que antes, la verdad. Y no porque de pequeña no disfrutase de ir a la aldea, estar con los animales, destrozar un poco el huerto, salir a pasear con los perros (y todas esas cosas geniales que se hacen en una aldea de verdad), sino porque a medida que una crece se da cuenta de que lo auténtico, lo que de verdad disfruta, son las sensaciones más ligadas a lo sencillo.
Ir a dar un paseo por el monte; hacer un DIY con materiales de reciclaje; pintar un mueble y dejarlo como nuevo; intentar cocinar galletas con el peque (aunque no salgan bien nunca...); tejer nuestros propios calcetines (mi madre sabe, asignatura pendiente!). Lo natural, lo sencillo y lo de verdad vuelve a ser tendencia. Las abuelas siempre lo han sabido, y nosotros lo estamos redescubriendo ahora.
Los huertos urbanos me llaman y mucho. Bien es cierto que, como os decía, tengo una abuela que lleva toda la vida cultivando, y mucha tierra disponible a dos pasos de casa, pues no me planteo tanto lo de ponerme en mi pequeñísima terraza, lo de cultivar (por lo menos para empezar, luego ya veremos). Sin embargo, creo que me voy a atrever. Porque me apetece y porque no pierdo nada. Además. estoy segura de que a mi peque le va a encantar la idea (desde que se trajo una semilla y germinó en casa está como loco con el tema... Ains, el milagro de la vida!).
En fin, que historias como la que comparte Ángela en el blog de Ciudadano 0,0 me dan ganas de ponerme. Veo sus tomates, sus ensaladas, su arte con ese huerto precioso, y me dan ganas de plantar de todo... jeje. Yo lo tengo fácil, repito, porque aunque no sé por dónde empezar, tengo a una persona que me va a asesorar en todo (ay! la cara de la abuela cuando lleguemos y le digamos que queremos plantar!), pero para los que os apetezca animaros en casa, que de eso se trata, os dejo unos pequeños consejos para sabe por dónde empezar (aquí!). Si necesitáis más información y tenéis dudas, podéis animaros a seguir a Ángela y la evolución de su huerto. El huerto, como sucede con otras actividades que realizamos con nuestras manos, crea comunidad. Compartir historias y experiencias, es un plus en el tema del huerto urbano.
Yo prometo contaros y enseñaros mis progresos en cuanto empiece :)
(que con el tiempo frío de Galicia, será en unos meses)
Buenas noches.
Coralia.
(post patrocinado*)
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Fuente: este post proviene de Petite Candela, donde puedes consultar el contenido original.
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