Una enorme restauración convirtió esta casa con pequeñas habitaciones y poca iluminación en una vivienda de grandes espacios abiertos y donde la luz fluye por cada una de las habitaciones conectadas entre sí. El resultado es un hogar cálido y armónico, donde se ha utilizado el blanco como color predominante en la decoración. Los muebles blancos aportan mucha luminosidad al ambiente, con algunos rasgos de color que inspiran tranquilidad absoluta.
Un hogar con marcado acento nórdico, donde se han cuidado todos los detalles para que resulte muy acogedor.
¡Resultan tan cálidas las pieles en los sillones que invitan a sentarse y disfrutar del calor de la chimenea!
Entre los muebles elegidos se tiene un banco de madera, una opción excelente para cuando tengamos muchas visitas en casa para comer. Además de que da una sensación más íntima y acogedora.
El suelo de madera es el original de la casa, pero a este se le aplicó pintura de alto brillo en color blanco.
¿Qué crees? ¿Te gusta como ha quedado? ¡A nosotros nos ha parecido increíble!
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