El mundo de la autocaravana, tan popular en lugares como Estados Unidos o en los países del norte de Europa, ha comenzado a extenderse por otras partes de mundo. Aquí en España ya tengo más de un conocido que han hecho virguerías con sus furgonetas antiguas convirtiéndolas en auténticas casas con ruedas. Como ejemplo os pongo la de nuestro amigo, corredor de Trail, y su mujer que se han construido su propia caravana desde cero. Ahora no necesitan alojamiento cada vez que van a una carrera, cosa que sucede muy a menudo.
La maravilla que os traigo hoy es una remodelación realizada por Darlin Trailers de una caravana de 1948. Ha sido llamada The Hudson como guiño a su lugar de nacimiento y renovada para ofrecer todas las necesidades de un estilo de vida moderno, pero sin perder ni un ápice de su alma vintage.
Por la parte exterior, encontramos su acabado en blanco y negro mate que contrasta con las carpinterías en madera. Una combinación acertada sea cuál sea el lugar elegido, siempre funciona. Nada más entrar encontramos justo el escenario contrario, el blanco es el protagonista, lo que hace que los espacios se vean aún más grandes y la claraboya del techo, además de las múltiples ventanas, también ayuda a transmitir esa amplitud. No es un sitio claustrofóbico ni agobiante, sino todo lo contrario.
Según entramos disponemos de un banco de madera con cestos de mimbre que hace las veces de recibidor. Comparte espacio con el televisor que va colgado sobre la pared sin interrumpir el paso ni molestar visualmente, ya que justo frente a este, se encuentra la zona de estar con un gran sofá en color verde de aire mid-century, que además se hace cama por lo que permite que duerman dos personas más.
En el extremo contiguo a la zona de estar se encuentra la cocina, que dispone de todo lo necesario. Nevera bajo encimera, cubos de reciclaje, gavetas de madera, cocina de inducción, horno, balda superior, un fregadero con una bonita grifería en tonos dorados, y complementos también en dorado, vaya que no le falta detalle. Y lo que es de agradecer, bañada por la luz ya que está rodeada de ventanas.
Hacia el otro lado de la caravana, después de la zona de estar, encontramos el dormitorio. Se separa sencillamente a través de unas cortinas. Cuando estas se cierran, la zona de la cama queda ventilada gracias a que a los pies de la cama, se ha resuelto con una celosía a modo de separador de ambientes, de tal manera que dejas que transpire el dormitorio y que entre algo de luz. Además, se ha habilitado gran cantidad de espacio para el almacenaje, tanto bajo la cama como con estanterías para guardar ropa, libros, etc.
Y llegamos al extremo, para encontrarnos con el baño, sin duda el más completo que he visto nunca en una caravana. ¿No os habéis fijado que normalmente la ducha y el inodoro comparten un mismo espacio? Siempre he pensado lo poco práctico que es esto, ya que es imposible ducharte sin mojar el resto. Sin embargo es la primera vez que veo que cada pieza tiene su lugar, una ducha independiente (además la propia forma de la caravana ha permitido hacer un banco en su parte redondeada, lo que me parece súper práctico), tiene la zona de lavabo que se ha aprovechado con un pequeño mueble con almacenaje y cestas en su parte inferior y a su lado también, una pequeña estantería sirve para colocar más enseres de baño, toallas, etc. Entre la ducha y el lavabo se encuentra el inodoro. Vaya, que he visto casas que no tienen un baño tan completo.
Y hasta aquí el paseo por la caravana, ¿Qué os ha parecido? ¿Os animaríais a tener algo así o incluso más pequeño para vuestras vacaciones y no tener que depender de hoteles y demás? A mí me seduce bastante la idea…
Imágenes: Darlin Tailers