Para darle un poco más de vida a mi dormitorio de paredes naranjas, y no teniendo ganas de meterme con brochas, pinturas y el fregoteo de después, opté por cambiar una apagada colcha en tonos marrones, naranjas y beiges, por esta atrevida y colorida funda de nórdica.
El problema se me planteó con las cortinas que tenía haciendo juego con la jubilada colcha, las cuales eran de rayas blancas, beiges, naranjas y chocolates. Me acordé entonces de un estor blanco liso y laso que tenía sin estrenar. Al comprar la funda, ésta venía con dos fundas para cojines que no tenía pensado usar y las deshice y las fui cortando en cuadraditos de diferentes colores y tamaños. Les repasé los bordes con la plancha y los pegué en el estor según me fue pareciendo. El resultado final fue éste.
¿Y con la tela sobrante y estos materiales? Pues decidí hacer una percha de pared. Tapicé un trozo de madera con el retal que quedaba de los cojines. Para los cogadores improvisé unos tubillones de madera a los que les fui enrollando unas tiras de fieltro rojo de cerca de un centímetro y les pegué un círculo del mismo fieltro. Aquí está.
Ahora queda colgar la percha para ver el conjunto completo. A ver si me animó un día de éstos. :)