Seguro que la historia que voy a contar hoy le suena a más de una. Un día te levantas y decides que quieres darle una lavada de cara a tu despacho, o a esa habitación que has tenido descuidada tanto tiempo. No sabes muy bien por donde empezar, pero a partir de ese momento empiezas a buscar como una loca por Pinterest, y ves esos despachos luminosos, espaciosos, con unas vistas de ensueño y en los que parece que no trabaje nadie, que van a inundar una carpeta que creas en el escritorio de tu ordenador con el título Ideas para el despacho.
Hasta ahí perfecto, pero cuando empiezas a mirar todas las fotos que has guardado, te das cuenta de que el espacio, la luz, la ventana y todo lo que necesitas para trabajar no tiene cabida con ciertas decoraciones. Así que te pones en modo realista y decides que irás cambiando las cosas poco a poco, que no hay prisa, pero que conseguirás un despacho bonito, funcional y práctico.
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Y así empezó la redecoración de mi despacho. El primer cambio fue el de la mesa, la cambié por una madera que pinté de blanco y que tiene como patas dos caballetes de madera la mar de chulos. Añadí 3 estanterías donde poder poner cuadros, cajitas y mi gato blanco chino que me acompaña desde hace unos añitos. También un súper mueble donde poner todas esas cosas que me hacen falta para el día a día pero que a la vista no quedan bonitas. Eso sí todo dentro de cajas, que así parece que está todo más ordenado.
La parte que me tenía loca era la ventana. Esa fea fea, que deberías cambiar pero que nunca te animas porque sólo ves tú (eso ya debería ser razón suficiente, lo sé). Eso ha sido lo último que hemos cambiado, y la verdad es que se notó mucho el cambio, pero la odisea vino con la cortina.
Hemos dado mil millones de vueltas y nada me terminaba de convencer ya que quería que no fuera muy tupida para que entrara la luz, pero no quería perder privacidad y tener que terminar saludando a media calle. Y entonces se hizo la luz, nos decidimos por un estore, y después de unos días con él, tengo que decir que hemos acertado de todas todas.
Los chicos de StorPlanet nos mandaron un estore de la serie Duolux a medida para nuestra nueva ventana. Si me has leído alguna vez con este tipo de post, sabrás que al chico de la casa lo de coger el taladro le da pánico, pero como estábamos de cambios y estaba quedando todo tan chulo, estaba más animado. Nuestra sorpresa fue cuando llegó el estore, porque podíamos aprovechar los agujeros que teníamos hechos de la anterior cortina ya que se sujeta con dos soportes que se pueden mover, así que sólo teníamos que atornillarlos, y con un sólo click poner el estore en su sitio. Alucina vecina! En 5 minutos estaba puesto.
Lo mejor de todo vino cuando bajamos el estore. Si te fijas en las fotos tiene franjas del color que elijas, y conforme lo vas bajando puedes dejar que entre la luz o que quede totalmente a oscuras. Para que te hagas mejor una idea puedes ver como funciona en este vídeo:
Así que a día de hoy te puedo decir que ha sido una gran elección. El estore es bonito, se pone en un plis plas y encima puedo regular cuanta luz quiero en cada momento.
¿También te pasa como a mi, y tienes carpetas de inspiración para redecorar tu casa?
¿Te gusta nuestro nuevo estore?
