Como ya os conté aquí, hace poco hemos renovado por completo el cuarto de mi hija mayor.
Tiene trece años, así que de vez en cuando, me soltaba (y con razón),que las hadas ya no le gustaban tanto.
Es increíble lo rápido que crecen, pero supongo que hay que aceptarlo con optimismo, así que me puse manos a la obra.
Después de empaparme en la red de fotos, le propuse a ella, con cierto miedo a que me dijera que no, decorar el cuarto en blanco y negro, y sorprendentemente me dijo entusiasmada que sí, así que me puse manos a la obra eliminando el malva de las paredes, esto fue lo más engorroso.
Eliminé también la cenefa de hadas y repinte los tiradores de los muebles y las flores del cabecero que eran de color verde (con mi amada pintura en spray en dos minutos)
Y después... manos a la obra con los detalles y complementos, que personalmente es lo que más me gusta.
Quise que la decoración estuviera relacionada con ella, el motivo de poner una nube ya os lo contaba aquí, la hice con vinilo (podéis encontrar rollos en cualquier superficie de bricolaje).
Las láminas tienen mensajes positivos que siempre intento transmitirles y que espero que siempre aplique en su vida. Y le encanta el tenis, así que quise hacerle un guiño con la lámina Kep Calm.
Al elegir el blanco y negro como tonos, opté por dar alguna pincelada de rosa para darle un toque femenino.
A ella le encantó el resultado.
¿Qué os parece?
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