Este loft en concreto fue originalmente un almacén y centro de fabricación y convertido en un condominio en la década de 1990. El espacio permite crear un espacio de una gran amplitud, con capacidad de almacenamiento y una paleta de colores cálidos y sofisticados. El interior resulta ser un espacio abierto, atractivo y más funcional para cocinar y permancer en familia. En contraste con los espacios públicos, el dormitorio se encuentra privado y tranquilo tras una pared que recoge los armarios.
Se crea un interés visual y de contraste al pintar las vigas de un gris oscuro terroso y las paredes de un tono suave y luminoso en color blanco. Destacan decorativamente la variedad de textiles, la alfombra vintage marroquí, los tejidos pesados utilizados para tapizar el sofá y los cojines. La cocina es perfecta con azulejos de ladrillo, mostrador de mármol pulido y armarios-estanterías de nogal oscuro. Una serie de luces de vidrio soplado colgantes destacan sobre el sofá. La madera de gran formato de la mesa del comedor y la mesa de café, añaden un detalle calido al espacio. Piezas como las Vintage Eames DKW en cuero y acero, combinan bien con el acero oscuro y la lámpara de vidrio soplado. Han diseñado una consola personalizada hecha de puertas antiguas chinas y envuelto en una caja lacada brillante moderna.
Un loft al más puro estilo Virlova Style: calidez, diseño y funcionalidad vintage-industrial. ¡Feliz semana a todos!
Fotografías []diseño Jessica Helgerson Interior Design
fotos Lincoln Barbour
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