Una casa de madera también puede ser el escenario perfecto para dar ese toque árabe que tanto nos fascina. Acostumbrados a encontrarnos con este tipo de decoración en espacios rurales, agradecemos enormemente otras muchas aportaciones y combinaciones que quedan igual o mejor que a las que ya estamos acostumbrados. En este caso, un pequeño bungalow de madera, deja entrever el encanto de las fibras naturales, los colores neutros y los detalles marroquíes con líneas sencillas y depuradas. La simplicidad en sus objetos se convierten en grandes aliados, piezas escasas pero bien seleccionadas, crean una atmósfera de frescura y una sensación muy confortable. No tenemos más que ver el maravilloso enclave en el que está situada la casa, rodeada de un lago. Mi lugar favorito es la ducha, exenta a la vivienda e integrada en la naturaleza casi por completo. ¿No sería maravilloso poder refrescarnos en ella?