Hola a todos, ¿qué tal vuestras vacaciones? Seguramente para muchos son ya un recuerdo lejano, otros ni siquiera las habréis disfrutado aún y la gran mayoría estamos recién aterrizados. Yo llegué el domingo pasado pero no he querido empezar con los post hasta hoy porque tengo muchas cosas acumuladas. Aunque tenía buenas intenciones de trabajar algo durante el verano al final no he hecho nada, me lleve el portátil con muy buena fe pero la realidad es que lo abrí sólo un día, lo justo y necesario para realizar una pequeña colaboración que surgió en agosto. El portátil lo volví a cerrar y no quise saber nada de él hasta que llegué a Madrid. Ahora tengo pendiente lo que dejé antes de verano más lo que ha surgido nuevo, pero como se suele decir ” que me quiten lo bailado”, las vacaciones están para disfrutar. Yo he dejado buena parte de las mías plasmadas en las redes, así que si tenéis curiosidad podéis ver mi mes de agosto en Instagram, Facebook o Twitter.
No tenía muy claro con qué tipo de post empezar, ya he comenzado a recibir novedades de otoño pero me resisto a dejar pasar la estación que más me gusta, el verano. Así que os traigo este hotel parisino que me ha dejado fascinada y ya de paso, tanto si no habéis disfrutado de vuestras vacaciones o estáis pensando en una futura escapada, el Henriette París os puede servir como opción.
Con 32 habitaciones, todas ellas diferentes, ofrece una mezcla de estilos tan diversos que pocas veces había visto algo tan impactante. Tan pronto te encuentras piezas mid-century, como otras de estilo nórdico o habitaciones más minimalistas, también una avalancha de texturas diferentes en textiles: cojines, alfombras, plaids, nórdicos, etc., y mucha diversidad en las paredes, unas con sorprendentes e impactantes papeles pintados y en otros casos con distintas técnicas de pintura. Al final en un mismo hotel podemos disfrutar tanto de estancias absolutamente elegantes (véase la primera imagen) mientras otras habitaciones son de corte más sencillo, pero todas tienen su aquél.
Y no me olvido de otro de sus grandes atractivos, el patio trasero de corte vintage, con sus preciosos conjuntos de sillas y mesas de hierro envejecido, rodeados por vegetación, un oasis en el centro de la ciudad.
Hoy os traigo un montón de imágenes porque el lugar lo merece de verdad, pero en la web podéis ver todavía más. Hay más papeles pintados por ver, preciosas luminarias, los baños (que no los he puesto porque en este caso me parecían menos representativos) y otros rincones que seguro os sorprenderán.
¡Feliz fin de semana!
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